viernes, 22 de junio de 2007

EL DOGMA DEL INFIERNO ETERNO

" La misa de San Pío V no se avergüenza de confesar este dogma, lo recuerda en la oración "Hanc igitur", que precede a la Consagración, "...líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos".
Para dar gusto a los progresistas, neomodernistas, que niegan este dogma, la nueva misa lo ha suprimido limpia y llanamente de su plegaria.
No lo olvidemos. Los dogmas son verdades reveladas por Dios. Dudar de un dogma, avergonzarse de proclamarlo, es dudar y avergonzarse de la palabra de Dios, o lo que es igual, tomarle por mentiroso.
"Porque quien se avergonzara de Mí Y DE MIS PALABRAS, de él se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y en la del Padre..." (Lc 9, 26).
¿Cómo no comprender de ahora en adelante que una misa cuyo rito equívoco se presta a afirmar y negar todos los dogmas eucarísticos y que deliberadamente se pone de parte de los heréticos callando los dogmas, es decir, las palabras de Dios en las que ya no quieren creer; cómo no comprender que semejante misa es injuriosa para Dios?
"Bilinguis maledictus. EL LENGUAJE DE DOBLE SENTIDO SERÁ MALDITO" (Eclo 27, 15).
"FORTS DANS LA FOI"
Hace unas semanas, una cadena de televisión española ofrecía una entrevista al Padre Amorth, exorcista oficial de la diócesis de Roma. Entre otras muchas cosas interesantísimas contaba el Padre la siguiente anécdota: en una ocasión se "quejó" a Su Santidad el Papa Juan Pablo II de que muchísimos obispos y sacerdotes no creían ya en la existencia del demonio y por lo tanto tampoco en la existencia del infierno. La respuesta de Juan Pablo II fue lacónica y terminante: "Si no creen en la existencia del demonio, entonces es que no creen tampoco en el Evangelio".