sábado, 31 de marzo de 2007

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

¡Gloria y honor al que viene en el nombre del Señor!
Como Jerusalén con su traje festivo,
vestida de palmeras, coronada de olivos,
viene la cristiandad en son de romería
a inaugurar tu Pascua con himnos de alegría.
Ibas como va el sol a un ocaso de gloria;
cantaban ya tu muerte al cantar tu victoria:
Pero tú eres el Rey, el Señor, el Dios Fuerte,
la vida que renace del fondo de la Muerte.
Tú, que amas a Israel y bendices sus cantos,
complácete en nosotros, el pueblo de los santos;
Dios de toda bondad que acoges en tu seno
cuanto hay entre los hombres sencillamente bueno.

jueves, 29 de marzo de 2007

BENEDICTO XVI PONE EL DEDO EN LAS LLAGAS DE EUROPA

El pasado sábado 24 de marzo Su Santidad Benedicto XVI recibió en audiencia a los participantes en el Congreso "Los 50 años de los Tratados de Roma-Valores y perspectivas para la Europa de mañana". El Congreso estaba organizado por la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea.
En su discurso el Santo Padre enumeró con claridad los males que aquejan al viejo continente. Las palabras del Vicario de Cristo son de tal carga profética que Europa debería prestar toda su atención porque de ello depende su misma supervivencia.
Benedicto XVI no ha dudado en poner su dedo sobre las llagas de Europa:
1. "Desde el punto de vista demográfico, hay que constatar por desgracia que Europa parece que ha emprendido un camino que podría llevarla al fin de su historia".
2. Amenaza "un peligroso individualismo, que no tiene en cuenta las consecuencias para el futuro".
3. "Casi parecería como si el continente europeo estuviera perdiendo de hecho la confianza en el propio porvenir".
4. "Los diferentes capítulos del proyecto europeo han sido escritos sin tener en debida cuenta las expectativas de los ciudadanos".
5. "No se puede pensar en edificar una auténtica casa común, descuidando la identidad propia de los pueblos de nuestro continente. Se trata, de hecho, de una identidad histórica, cultural y moral, antes que geográfica, económica o política; una identidad constituida por un conjunto de valores universales, que el cristianismo ha contribuido a forjar, desempeñando de este modo un papel no sólo histórico, sino de fundamento para Europa".
6. "Estos valores, que constituyen el alma del continente, tienen que permanecer en la Europa del tercer milenio como fermento de civilización".
7. "Los gobiernos de la unión, ¿cómo podrían excluir un elemento esencial de la identidad europea, como es el cristianismo, en el que una amplia mayoría de ellos sigue identificándose?"
8. "¿No es motivo de sorpresa el que la Europa de hoy, mientras quiere presentarse como una comunidad de valores, conteste cada vez más el hecho de que haya valores universales y absolutos?"
9. "Esta singular forma de apostasía de sí misma, antes aún que de Dios, ¿no le lleva quizás a dudar de su misma identidad?"
10. "Una comunidad que se construye sin respetar la auténtica dignidad del ser humano, olvidando que cada persona está creada a imagen de Dios, acaba por no traer nada bueno".
11. Cuando "se introducen tendencias laicistas o relativistas, se acaba por negar a los cristianos el derecho mismo a intervenir como cristianos en el debate público o, al menos, se descalifica su contribución con la acusación de que buscan defender injustificados privilegios".
12. "La Unión Europea, si quiere garantizar adecuadamente el estado de derecho y promover eficazmente los valores humanos, tiene que reconocer con claridad la existencia cierta de una naturaleza humana estable y permanente, fuente de derechos comunes para todos los individuos, incluidos los de aquellos que los niegan".
13. "Hay que salvaguardar el derecho a la objeción de conciencia, cada vez que los derechos humanos fundamentales sean violados".
14. Los cristianos tienen "la tarea de contribuir en la construcción, con la ayuda de Dios, de una nueva Europa, realista pero no cínica, rica de ideales y libre de ilusiones ingenuas, inspirada en la perenne y vivificante verdad del Evangelio".
15. Los cristianos "¡No tenéis que rendiros ante la lógica de la búsqueda del poder por el poder!"

martes, 27 de marzo de 2007

BENEDICTO XVI: DESEMPOLVANDO LA VERDADERA DOCTRINA CATÓLICA

ENSEÑA VATICANO II EN EL DECRETO AD GENTES
"Para que los fieles puedan dar fructuosamente este testimonio de Cristo, únanse con aquellos hombres por el aprecio y la caridad, siéntanse miembros del grupo humano en el que viven y tomen parte en la vida cultural y social interviniendo en las diversas relaciones y negocios de la vida humana; familiarícense con sus tradiciones nacionales y religiosas; descubran, con gozo y respeto, las semillas de la Palabra que en ellas se contienen". (A.G. 11)
Según Vaticano II las semillas de la Palabra o "semina Verbi" se encontrarían, supuestamente, en las religiones paganas. Semejante afirmación se hizo adulterando la doctrina de los Padres de la Iglesia, concretamente adulterando a San Justino. Los novadores enmascararon la verdad arropando el error en la autoridad de los Santos Padres, como si se tratase de una vuelta a las fuentes, como si se tratase de una recuperación de la prístina doctrina de los orígenes que la Iglesia posconstantiniana hubiese olvidado. Los novadores siempre han pretendido ampararse en la excusa de la vuelta a las fuentes y siempre han manifestado una aversión enfermiza a los siglos posconstantinianos, como si la Iglesia durante esos siglos estuviese poco menos que abandonada de la asistencia del Espíritu Santo. En el plano litúrgico Pío XII calificó a los novadores de auténticos arqueólogos que para fundamentar sus deseos de transformación se apoyan siempre en la vuelta a los primeros siglos como si sólo en ellos se encontrara el verdadero cristianismo. Léase con atención la Mediator Dei.
Una vez "extorsionada" la doctrina de San Justino respecto a las semillas del Verbo no se hizo esperar la reacción desorbitada, como si de una locura se tratara, respecto a las religiones paganas y a la práctica de un ecumenismo desaforado. A partir de ahí hemos visto de todo y hemos escuchado de todo, hasta tal punto que para muchos ya no había que inquietar a los paganos. Había que respetar su religión y no inquietarlos con el anuncio de Cristo, ni del evangelio, ni de la Iglesia. Se ha llegado a afirmar incluso que la misión de un misionero católico no era otra que la de ayudar a un musulmán a ser buen musulman, a un budista a ser un buen budista, etc. Se llegó de ese modo a la escandalosa situación de lo que alguien llamó "misioneros sin Cristo".
En multitud de templos católicos se llegaron a rezar "credos" ecuménicos válidos para todos los fieles de las distintas religiones participantes. Y esto en celebraciones presididas por Obispos, incluso en iglesias de la misma Roma, corazón de la catolicidad.
La bondad hacia el paganismo llegó a tales límites que el cristianismo llegó a ser para muchos tan sólo una opción entre muchas otras, igualmente válidas. Se frenaron las conversiones, se relativizó absolutamente la necesidad del bautismo, se propagó un indiferentismo religioso espantoso. La valoración moral entre el cristianismo -más concretamente el catolicismo- y las religiones paganas llegó a crear un sentimiento de culpa en muchísimos católicos y un rechazo a la propia historia de la Iglesia, presentada como arrogante en su labor de evangelización; soberbia, por su pretensión de ser portadora de la verdad revelada; aniquiladora de culturas por su labor de civilización... Poco menos que todo había sido malo en la historia de la Iglesia y todo bondad en el mundo pagano.
Muchísimos católicos obedecieron con empeño el mandato de Vaticano II de familiarizarse con las tradiciones nacionales y religiosas de los paganos; descubrir, con gozo y respeto, las semillas de la Palabra que en ellas se contienen. Y hasta tal punto se familiarizaron, y lo hicieron con tanto gozo y respeto, que llegaron a despreciar como viejo y anticuado todo lo católico, mientras incorporaron todo lo exótico y extraño que encontraron en el mundo pagano. Lógicamente los más punteros en todo ello pudieron, y aún se pueden encontrar entre los miembros del clero, en los seminarios y en las congregaciones religosas. Si para muestra vale un botón piensen en el abandono del rosario, de la Exposición eucarística, de los medios ascéticos tradiconales y la incorporación del zen, del yoga, de la meditación trascendental y un larguísimo etc. Mientras se abandona la lectura espiritual de los grandes santos y escritores católicos, se llenan las bibliotecas de seminarios y casas religiosas de libros de sentencias hinduístas y budistas, de proverbios africanos... se archivan los libros clásicos de meditación para poner en las manos de los jóvenes seminaristas y religiosos toda esta nueva literatura, al tiempo que se les denigra hasta la saciedad todo lo anterior como "devotio moderna" para beatas y melifluos de dudosa espiritualidad.
Sí, señores, esto es lo que se viene haciendo con todas las bendiciones de Vaticano II. ¿No es acaso lo que ha mandado? ¿No es eso lo que está escrito?.
Esta obsesión de bondad hacia todo lo no católico ha llegado incluso hasta el desprecio hacia toda la herencia disciplinar, teológica, litúrgica y espiritual de la Iglesia, y a una obsesión enfermiza por asimilar, incorporar y sobrevalorar todo aquello que no es católico.
Los resultados están a la vista: generaciones enteras que han abandonado la Iglesia, seminarios y noviciados vacíos, conversiones reducidas a lo más ínfimo, una liturgia "violada"- son palabras del Papa Juan Pablo II- y en multitud de casos chabacana y carente de toda trascendencia y sentido sobrenatural... ¡Por sus frutos los conoceréis!.
ENSEÑA SU SANTIDAD BENEDICTO XVI:
Queridos hermanos y hermanas: En estas catequesis estamos reflexionando sobre las grandes figuras de la Iglesia naciente. Hoy hablamos de san Justino, filósofo y mártir, el más importante de los padres apologistas del siglo II. La palabra «apologista» hace referencia a esos antiguos escritores cristianos que se proponían defender la nueva religión de las graves acusaciones de los paganos y de los judíos, y difundir la doctrina cristiana de una manera adaptada a la cultura de su tiempo. De este modo, entre los apologistas se da una doble inquietud: la propiamente apologética, defender el cristianismo naciente («apologhía» en griego significa precisamente «defensa»); y la de proposición, «misionera», que busca exponer los contenidos de la fe en un lenguaje y con categorías de pensamiento comprensibles a los contemporáneos. Justino había nacido en torno al año 100, en la antigua Siquem, en Samaría, en Tierra Santa; buscó durante mucho tiempo la verdad, peregrinando por las diferentes escuelas de la tradición filosófica griega. Por último, como él mismo cuenta en los primeros capítulos de su «Diálogo con Trifón», misterio personaje, un anciano con el que se había encontrado en la playa del mar, primero entró en crisis, al demostrarle la incapacidad del hombre para satisfacer únicamente con sus fuerzas la aspiración a lo divino. Después, le indicó en los antiguos profetas las personas a las que tenía que dirigirse para encontrar el camino de Dios y la «verdadera filosofía». Al despedirse, el anciano le exhortó a la oración para que se le abrieran las puertas de la luz. La narración simboliza el episodio crucial de la vida de Justino: al final de un largo camino filosófico de búsqueda de la verdad, llegó a la fe cristiana. Fundó una escuela en Roma, donde iniciaba gratuitamente a los alumnos en la nueva religión, considerada como la verdadera filosofía. En ella, de hecho, había encontrado la verdad y por tanto el arte de vivir de manera recta. Por este motivo fue denunciado y fue decapitado en torno al año 165, bajo el reino de Marco Aurelio, el emperador filósofo a quien Justino había dirigido su «Apología». Las dos «Apologías» y el «Diálogo con el judío Trifón» son las únicas obras que nos quedan de él. En ellas, Justino pretende ilustrar ante todo el proyecto divino de la creación y de la salvación que se realiza en Jesucristo, el «Logos», es decir, el Verbo eterno, la Razón eterna, la Razón creadora. Cada hombre, como criatura racional, participa del «Logos», lleva en sí una «semilla» y puede vislumbrar la verdad. De esta manera, el mismo «Logos», que se reveló como figura profética a los judíos en la Ley antigua, también se manifestó parcialmente, como con «semillas de verdad», en la filosofía griega. Ahora, concluye Justino, dado que el cristianismo es la manifestación histórica y personal del «Logos» en su totalidad, «todo lo bello que ha sido expresado por cualquier persona, nos pertenece a nosotros, los cristianos» (Segunda Apología 13,4). De este modo, Justino, si bien reprochaba a la filosofía griega sus contradicciones, orienta con decisión hacia el «Logos» cualquier verdad filosófica, motivando desde el punto de vista racional la singular «pretensión» de verdad y de universalidad de la religión cristiana. Si el Antiguo Testamento tiende hacia Cristo al igual que una figura se orienta hacia la realidad que significa, la filosofía griega tiende a su vez a Cristo y al Evangelio, como la parte tiende a unirse con el todo. Y dice que estas dos realidades, el Antiguo Testamento y la filosofía griega son como dos caminos que guían a Cristo, al «Logos». Por este motivo la filosofía griega no puede oponerse a la verdad evangélica, y los cristianos pueden recurrir a ella con confianza, como si se tratara de un propio bien. Por este motivo, mi venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II, definió a Justino como «un pionero del encuentro positivo con el pensamiento filosófico, aunque bajo el signo de un cauto discernimiento»: pues Justino, «conservando después de la conversión una gran estima por la filosofía griega, afirmaba con fuerza y claridad que en el cristianismo había encontrado “la única filosofía segura y provechosa” («Diálogo con Trifón» 8,1)» («Fides et ratio», 38). En su conjunto, la figura y la obra de Justino marcan la decidida opción de la Iglesia antigua por la filosofía, por la razón, en lugar de la religión de los paganos. Con la religión pagana, de hecho, los primeros cristianos rechazaron acérrimamente todo compromiso. La consideraban como una idolatría, hasta el punto de correr el riesgo de ser acusados de «impiedad» y de «ateísmo». En particular, Justino, especialmente en su «Primera Apología», hizo una crítica implacable de la religión pagana y de sus mitos, por considerarlos como «desorientaciones» diabólicas en el camino de la verdad. La filosofía representó, sin embargo, el área privilegiada del encuentro entre paganismo, judaísmo y cristianismo, precisamente a nivel de la crítica a la religión pagana y a sus falsos mitos. «Nuestra filosofía…»: con estas palabras explícitas llegó a definir la nueva religión otro apologista contemporáneo a Justino, el obispo Melitón de Sardes («Historia Eclesiástica», 4, 26, 7). De hecho, la religión pagana no seguía los caminos del «Logos», sino que se empeñaba en seguir los del mito, a pesar de que éste era reconocido por la filosofía griega como carente de consistencia en la verdad. Por este motivo, el ocaso de la religión pagana era inevitable: era la lógica consecuencia del alejamiento de la religión de la verdad del ser, reducida a un conjunto artificial de ceremonias, convenciones y costumbres. Justino, y con él otros apologistas, firmaron la toma de posición clara de la fe cristiana por el Dios de los filósofos contra los falsos dioses de la religión pagana. Era la opción por la verdad del ser contra el mito de la costumbre. Algunas décadas después de Justino, Tertuliano definió la misma opción de los cristianos con una sentencia lapidaria que siempre es válida: «Dominus noster Christus veritatem se, non consuetudinem, cognominavit – Cristo afirmó que era la verdad, no la costumbre» («De virgin. vel». 1,1). En este sentido, hay que tener en cuenta que el término «consuetudo», que utiliza Tertuliano para hacer referencia a la religión pagana, puede ser traducido en los idiomas modernos con las expresiones «moda cultural», «moda del momento». En una edad como la nuestra, caracterizada por el relativismo en el debate sobre los valores y sobre la religión --así como en el diálogo interreligioso--, esta es una lección que no hay que olvidar. Con este objetivo, y así concluyo, os vuelvo a presentar las últimas palabras del misterioso anciano, que se encontró con el filósofo Justino a orilla del mar: «Tú reza ante todo para que se te abran las puertas de la luz, pues nadie puede ver ni comprender, si Dios y su Cristo no le conceden la comprensión» . (Catequesis del miércoles 21 de marzo de 2007)
Así, pues, las semina Verbi -o semillas de la Verdad- no se encuentran en las religiones paganas como enseña Vaticano II, sino en la filosofía griega. Esa es la enseñanza auténtica de San Justino.
Así, también, mientras Vaticano II invita a familiarizarse con las tradiciones religiosas de los paganos y a descubrir con gozo y respeto las supuestas semillas de la Palabra que en ellas se encuentran, Benedicto XVI nos recuerda que los primeros cristianos rechazaron acérrimamente todo compromiso con la religión pagana. Consideraban estas como una idolatría y consideraban sus mitos como desorientaciones diabólicas en el camino de la verdad.
Benedicto XVI nos recuerda que esta es una lección que no hay que olvidar en unos tiempos como los nuestros, caracterizados por el relativismo y el diálogo religioso. ¡GRACIAS, SANTO PADRE, COOPERADOR DE LA VERDAD!.

domingo, 25 de marzo de 2007

BENEDICTO XVI: EL INFIERNO EXISTE Y ES ETERNO

Fragmento de la homilía del Santo Padre en la Parroquia Romana de Santa Felicidad e hijos mártires. 25/III/2007
Traducción: Primus
Queridos amigos, de la palabra de Dios que hemos escuchado emergen indicaciones concretas para nuestra vida.
Jesús no entabla con sus interlocutores una discusión teórica: no le interesa ganar una disputa a propósito de una interpretación de la ley mosaica, sino que su objetivo es salvar un alma y revelar que la salvación se encuetra sólo en el amor de Dios. Para esto ha venido a la tierra, para esto morirá en la cruz y el Padre lo resucitará al tercer día.Jesús ha venido para decir que quiere a todos en el Paraíso y que el infierno, del cual poco se habla en este nuestro tiempo, existe y es eterno para cuantos cierran el corazón a su amor. También en este episodio, pues, comprendemos que nuestro verdadero enemigo es la atadura al pecado, que puede conducirnos al fracaso de nuestra existencia. Jesús despide a la mujer adúltera con esta consigna: "Vete, y en adelante no peques más". Le concede el perdón para que "de ahora en adelante" no peque más. En un episodio análogo, aquel de la pecadora arrepentida que encontramos en el Evangelio de Lucas (7, 36-50) Él acoge y envía en paz a una mujer que está arrepentida. Aquí, en cambio la adúltera recibe el perdón de modo incondicional. En ambos casos -para la pecadora arrepentida y para la adúltera- el mensaje es único.
En un caso se subraya que no hay perdón sin arrepentimiento; aquí se pone en evidencia que sólo el perdón divino y su amor recibido con corazón abierto y sincero nos da la fuerza para resistir al mal y para "no pecar más". La actitud de Jesús propone de este modo un modelo a seguir por toda comunidad, una llamada a hacer del amor y del perdón el corazón pulsador de su vida.

V DOMINGO DE CUARESMA

Si nos acercamos con humildad al relato evangélico no nos resultará difícil reconocernos representados en la adúltera. En ella están representadas nuestras infidelidades a Cristo, la traición a nuestras promesas bautismales, la profanación del amor verdadero y puro en aras de la aventura en pro de lo sensual y placentero. ¿Cuántas veces nos hemos alejado del Amor en búsqueda de fatuos amoríos?
El pecado de la mujer adúltera fue aireado en la plaza pública. También nuestro pecado está a la vista de Cristo. No hay pecado, por muy oculto que este sea, que no esté a la vista de Dios.
Las piedras estan preparadas para ser lanzadas sobre la mujer pecadora. Parece que no hay salida. Su propio pecado la condena. Y también sus acusadores la condenan y están dispuestos a ejecutar la sentencia.
¿Cuántas veces en nuestra vida hemos pasado por la experiencia de sentirnos condenados por otros a causa de nuestros defectos, de nuestros pecados, de nuestras miserias? ¿Cuántas veces nos hemos sentido apedreados por el prójimo?. Es una experiencia muy amarga, dolorosa y fuerte. Si lo hemos experimentado no nos será difícil comprender la dureza de la escena evangélica, ahondar en la actitud de los lapidadores y profundizar en el mar de sentimientos que embargarían el corazón de la mujer sentenciada.
Tú y yo, todos nosotros somos de hecho la adúltera. Pero es que somos también miembros del corro que la rodeaban con las piedras ya en sus manos preparadas para ser lanzadas y abatirla.
¿Cuántas veces en nuestra vida hemos lanzado la piedra contra nuestro prójimo a causa de sus pecados, de sus fallos, de sus defectos o de sus miserias?. Lapidar es difamar, es calumniar, es airear las miserias del prójimo. Lapidar es condenar sin remisión, es ser promotor de la burla y del desprecio, es no ayudar. Lapidar es juzgar sin compasión, es negar el perdón, es restregar al otro sus fallos con la intención de humillar, es sumarse al corrillo de la crítica despiadada.
¿Cuántas veces vamos por la vida con nuestras manos cargadas de piedras, preparados para lanzarlas sobre los otros a la primera oportunidad?
Las manos de Jesús están libres. Están dispuestas para ser tendidas. Están preparadas para ayudar a levantar a quien lo necesite. Sus manos no portan piedras para herir y para matar. Son portadoras de vida, de perdón, de misericordia, de indulgencia.
Jesús nos enseña que los defectos, los fallos, las miserias, los pecados del prójimo no se corrigen a pedradas. La pedrada sólo hiere y mata al hermano. Es sólo con el amor cómo se puede ganar al que camina perdido, cómo se puede animar y levantar al que está caído, cómo se puede curar y sanar al que tiene el alma herida.
Fue el torrente de amor que la mujer adúltera percibió en las palabras, en la mirada y en las manos de Jesús lo que produjo el milagro en su interior. Ahora sabía verdaderamente lo que era el amor, ahora sí que sabía quién es de verdad el Amor. El Señor ha estado grande con ella y la alegría inunda su corazón. Ya nunca olvidará aquél encuentro. Jamás podrá olvidar aquél: " Yo tampoco te condeno. Anda, y en adelante no peques más".

miércoles, 21 de marzo de 2007

ÚLTIMA ENTREVISTA AL CARDENAL CASTRILLÓN HOYOS

Entrevista al Cardenal Protodiácono Castrillón Hoyos sobre el diálogo en la Iglesia. "Il Meridiano", 18 de marzo de 2007. Por Simone Ortolani.

Roma. El 23 de febrero el papa Benedicto XVI lo ha nombrado "protodiácono del Sacro Colegio de cardenales". A esta antigua figura compete, entre otras competencias, el anuncio del "Habemus Papam" al pueblo romano, después de la elección del pontífice. El cardenal Darío Castrillón Hoyos, colombiano, fue presidente de la Conferencia Episcopal Latino Americana (Celam) y prefecto de la Congregación para el Clero de 1996 a 2006. El Papa Juan Pablo II en el 2000 le confió el encargo de presidente de la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei" y el mandato de dialogar con el movimiento de monseñor Lefebvre, con el fin de sanar la fractura que había contrapuesto el prelado francés a los papas posconciliares Pablo VI y Juan Pablo II. Fractura que podría subsanarse durante el pontificado de Ratzinger, sensible y atento en la confrontación de la problemática litúrgica y teológica sostenida por los lefebrianos. Entre los problemas abiertos está la "libertad" para la Misa en latín de San Pío V. Su celebración, aunque permitida por el "indulto" de Juan Pablo II, es obstaculizada o prohibida por muchos obispos. En estos últimos meses suenan voces sobre un "Motu proprio" que debería superar las dificultades. En línea con el pensamiento del que fuera prefecto del ex Santo Oficio Joseph Ratzinger, que celebró muchas veces la Misa de San Pío V en público y que había estigmatizado el comportamiento "intolerante" de tantos prelados.

Eminencia, desde algunos meses circulan noticias sobre la publicación de un Motu Proprio que liberalizará la celebración de la Misa en latín de San Pío V...

"Es de todos conocido la actitud personal del Santo Padre en la confrontación de la liturgia, su conocimiento profundo de la misma, su veneración por la tradición y, al mismo tiempo, su clara posición de llevar a la práctica todo aquello que el Espíritu Santo ha regalado a la Iglesia en el Concilio Vaticano II. Estos son los parámetros en los cuales venimos examinando las dificultades históricas al respecto".

Los cardenales Alfonso María Stickler y Jorge Arturo Medina Estevez, ex prefecto de la Congragación para el culto divino, han declarado que la Misa de San Pío V nunca ha sido abolida. ¿Qué piensa?

"Los cardenales Stickler y Medina tienen razón, y sus opiniones están acompañadas por el parecer de especialistas en liturgia, de otros cardenales y obispos. Nosotros mismos hemos estudiado el problema, y sostenemos que la Misa antigua nunca ha estado prohibida. Por otro lado, es muy importante, para tener las ideas claras, acoger la luz que viene del Sucesor de Pedro. Según el pensamiento del Santo Padre, expresado claramente, hay dos formas del rito romano: la forma ordinaria, que es la Misa de Pablo VI, y la forma extraordinaria, que es la Misa de San Pío V".

Muchos jóvenes participan voluntariamente en la Misa en latín, en los institutos y en las diócesis donde está permitida. ¿Por qué?

"El Novus Ordo Missae era una novedad en los años setenta, la Misa de San Pío V se ha tornado una novedad en los años dos mil. A los jóvenes les gustan las cosas nuevas: pero este no sería un análisis profundo. He podido comprobar personalmente que los jóvenes se sienten tocados del sentido de lo sagrado y del misterio que a su manera de ver es más perceptible en la Misa antigua. A los de fuera de este ámbito, no es necesario recordar, en líneas generales, la existencia de no pocos abusos en las celebraciones litúrgicas. Estos son contrarios a la santidad que debe ser propia al gran misterio eucarístico que es la forma incruenta del Sacrificio del Calvario. Estos elementos atraen la atención de los sacerdotes y de los laicos, pero no quisiéramos poner en contraposición la augusta santidad del misterio eucarístico celebrado en las dos formas rituales de las que hablamos.

La figura histórica del arzobispo Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad sacerdotal San Pío X, excomulgado por el papa Juan Pablo II por haber ordenado 4 obispos sin el mandato pontificio en 1988, ¿será "rehabilitada" por la Iglesia?

"Recorriendo la historia completa de la vida de monseñor Lefebvre tenemos la certeza de la gran estima y del aprecio de la Iglesia. Fue considerado digno de ser arzobispo, delegado apostólico, superior general de su Congregación religiosa; hablando con personas que lo han conocido durante el ejercicio de su ministerio, se descubre la fecundidad de su vida. Pero ocn la misma claridad, según la tradición más genuina de la Iglesia, no se puede admitir que un obispo consagre otro obispo sin el mandato pontificio, o que se conteste la presencia del Espíritu Santo en los Concilios, y en particular, por su importancia, en los Concilios ecuménicos. Monseñor Lefebvre ha firmado los documentos del Concilio Vaticano II, aunque ha sido crítico en sus confrontaciones, sea por cuanto se refiere a los textos, sea por cuanto se refiere a su interpretación".

La Hermandad San Pío X, el movimiento de monseñor Lefebvre, ¿es un cisma?

"La Hermandad San Pío X no es por sí un cisma consolidado, pero en su historia ha presentado acciones cismáticas, con las ordenaciones de obispos no elegidos legitimamente y no perfectamente unidos al Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo. Hay siempre el peligro de cisma, sea por el ejercicio parcial de la autoridad nacida de la jurisdicción, sea en las actitudes demasiado críticas de exponentes de la Hermandad hacia personalidades de la Iglesia, en las cuales se ve una herida a la caridad. Son temerosas las palabras de San Jerónimo, según el cual el cisma conduce a la herejía, y la herejía al cisma. Sé que en la Hermandad hay personas llenas de buena voluntad. El superior general, su excelencia monseñor Bernard Fellay, en los últimos años ha perseverado en el diálogo. Espero que los brazos abiertos del papa Benedicto XVI sean apretados como un Kairos, un momento oportuno, y pacificando la conciencia de los fieles y de los laicos, se llegue a la plena unidad efectiva y afectiva de la Hermandad con la Iglesia y el Vicario de Cristo".

sábado, 17 de marzo de 2007

ESPAÑA:COMO SATURNO DEVORANDO A SUS HIJOS

Hace tan sólo unos días algunos medios transmitían la macabra noticia de que en Madrid, a las puertas de una clínica - según la Cadena COPE, negocio de una señora diputada de Izquierda Unida, para más inri encargada del área sanitaria y de asuntos sociales- los cuerpecitos de los niños abortados aparecían en bolsas destinadas a los contenedores de basura en la misma calle. ¡Es monstruoso! ¡Es un crimen abominable que suscita la ira santa de Dios! ¡Es un pecado y una abominación a los ojos de Dios! ¡ESPAÑA, DESPIERTA DE TU SOMNOLENCIA! ¡ESPAÑA, VUELVE A SER TÚ MISMA Y REAVIVA TU FE EN CRISTO!¡HAY QUE DETENER ESTA MONSTRUOSIDAD!.
Tristemente esta peste del aborto, crimen abominable, se extiende espantosamente. Y cuando una nación consiente semejante atropello es porque está herida de muerte. Es porque le han matado el alma. Es porque le han robado y "matado" a Dios.
Una vez más, tristemente, tenemos que preguntarnos dónde están los católicos, ¿dónde su fuerza moral, su constancia y su valentía para detener todo esto?...
El espectáculo es nauseabundo ante tanta indecendencia e inmoralidad social y política. ¡La sangre de los inocentes clama ante el Dios de la vida!.
Escuchad cuantos regís los destinos de los pueblos: cuando venga el Hijo del Hombre con su poder ¿mantendréis ante Él vuestra mirada? ¿Seréis capaces de manteneros en pie ante el Hijo del Hombre airado? Tened por seguro, que también a vosotros , del primero al último, os pedirá cuentas de la sangre de los inocentes. Serán vuestras propias leyes las que os acusen. Serán vuestros silencios los que os delaten. Será vuestra complicidad la que os condene. "Corazón de Jesús Sacramentado, Corazón de Dios Hombre, Redentor del mundo, Rey de Reyes y Señor de los que dominan: Reina en España como has prometido, con más veneración que en otras partes. Venga a nosotros tu santísimo Reino de Justicia y de Amor. Reina en los corazones de todos los hijos de España; reina en el seno de todos los hogares, en las escuelas donde se forma la niñez y en las aulas universitarias, en nuestras leyes y en nuestro Ejército. Sed Rey, oh Señor, no sólo de los fieles que jamás se separaron de Ti, sino también de los hijos pródigos que te abandonaron, haz que estos vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de miseria y de hambre. Bendícenos a todos y concédenos el morir en la generosidad de vuestro amor y en el regalado seno de vuestro Corazón adorable". ¡Sagrado Corazón de Jesús, salva a España y al mundo entero!.

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

"Gustad y ved qué bueno es el Señor"
En el camino que hemos iniciado hacia la luz de la Pascua somos hoy invitados y provocados a abrir de par en par las puertas de nuestro corazón. Abrir el corazón quiere decir salir de nosotros mismos, apartar la mirada de nuestra condición pecadora, alzar la vista y mirar hacia el horizonte, un horizonte hermoso y limpio que se pierde en el infinito. Podremos descubrir la figura de Aquél que viene a nuestro encuentro con paso apresurado, humedecidos los ojos, con sus brazos abiertos y extendidos, con corazón encendido en fuego.
Viene con paso apresurado porque no quiere que se dilate ni un segundo más el desencuentro. Sus ojos están humedecidos porque son ojos de Padre cuyas niñas somos los hijos de sus entrañas.
Sus brazos abiertos y extendidos parecen querer abrazar en un regazo el universo, y en él abrazarnos a cada uno de nosotros, apretando contra su pecho nuestra vida entera con nuestros aciertos y equivocaciones, con nuestros miedos e ilusiones, con nuestros sufrimientos y alegrías. Entre sus brazos quiere abrazar todas nuestras lágrimas y sonrisas, nuestras victorias y derrotas, todos los segundos de cada uno de nuestros días y de nuestras noches.
Viene con el corazón encendido en fuego para espantar el frío helado de nuestro corazón, para purificar toda la impureza que se nos ha pegado en los caminos, tan lejos de Él, tan lejos de nuestro hogar.
Viene con el corazón encendido en fuego para dar vida a nuestros miembros atrofiados por el hambre y la miseria de amor, de dignidad, de auténtica libertad, de verdad y de paz cómo hemos sufrido por los caminos.
Dejemos hablar a nuestro corazón y no tengamos reparo en confesar con humildad: "Padre, he pecado contra el cielo y contra tí; ya no merezco llamarme hijo tuyo". Y Él hará todo lo demás.
Responderemos a sus besos en los que derrama el torrente de su ternura y rodeados por sus brazos sentiremos curadas todas nuestras heridas, renovadas nuestra fuerzas, espantados todos nuestros miedos y recuperado el hogar- Iglesia- del que nos habíamos alejado como pródigos.
Nuestro rostro no se avergonzará porque Él como Padre nos libra de nuestras ansias y nos salva de nuestras angustias.

miércoles, 14 de marzo de 2007

¿Y QUÉ PIENSAN HACER CON ESTE? AHORA YA NO CREE NI EN LA IGLESIA

¿Conocen al personaje?. ES EL CARDENAL LEHMANN, Arzobispo de Maguncia y Presidente de la Conferencia Episcopal alemana. Le han dado la medalla del carnaval, en reconocimiento de su humor y humanidad. Ciertamente anda sobrado de las cosas. Lo que no sabemos es qué pensará Benedicto XVI del útimo chiste de Lehmann: " YO NO CREO EN LA IGLESIA".
Esta es parte de la entrevista realizada en el programa Cross Questioned el 7 de marzo. Entrevistador: Existen muchas personas que no creen en la Iglesia ni en la Cristiandad, que son escépticas... Lehmann: Yo no creo en la Iglesia ni en la Cristiandad. Entrevistador: ¿Usted no cree en la Iglesia? Lehmann: No, yo creo en Dios. Al fin , uno sólo puede creer en Dios. Yo creo que la Iglesia es una herramienta, un lugar, es un medio donde Dios puede realizar lo que él quiere hacer en este tiempo. La Iglesia pertenece solamente a un segundo puesto, por debajo de Dios. En último caso, alguien sólo puede creer en Dios, pues la Iglesia es sólo un medio para un fin. La Iglesia es santa y al mismo tiempo Iglesia de pecadores. Nadie puede hablar sobre una creencia en la Iglesia, como alguien puede hablar sobre una creencia en Dios. Este es teológicamente el caso y fue creído durante muchas centenas de años.
Lehmann también especuló que un día la Iglesia Católica va a dejar de existir. Lo que no nos dice es si él se alegra de ello. Seguramente no le importa porque para aquél momento ya no necesitará seguir cobrando de ella.
¿Qué podemos decir?. Nos quedamos estupefactos. Y estos son los de la Iglesia conciliar, renovada, que ha vuelto a las fuentes...
Me dirán qué hacemos con el artículo del Credo: "Creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica". Y con las páginas del Santo Evangelio: "Quien a vosotros os escuha a Mí me escuha y quien a vosotros os rechaza a Mí me rechaza y a Aquél que me ha enviado". "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará".
Sinceramente, que nos explique el Vaticano dónde se compran los solideos de color morado y rojo, porque hace ya tiempo que esto no tiene nombre.
Si desea cerciorarse de las opiniones del rey del carnaval puede hacerlo en el siguiente sitio: Vídeo completo do programa aqui: www.swr.de/mediaplayer/player/webplayerframes.php?nurl=/imperia/md/video/quergefragt/2007/8.ram&prog_id=1198&type=&media=tv&descr=Sendung%20vom%207.%20M%E4rz%202007%20als%20Real%20Video&descr_long=&format=1

martes, 13 de marzo de 2007

MIRA QUE BIEN VA LA YENKA Y QUE GRACIOSA ES LA YENKA

De manera ocurrente y simpática alguien bautizó el día siguiente al del sorteo del gordo de la lotería nacional como el día de la salud. Todos los "perdedores" se autoconsuelan con un "bueno, no nos ha tocado este año, pero lo importante es tener salud".
En los comentarios que he ido leyendo a lo largo del día respecto a la tan esperada "Sacramentum Caritatis" he visto reproducida la actitud del día de la salud. Aquí no se consuela el que no quiere. Pero, adelante; me parece muy bien el ejercicio de autoconsuelo. ¿Para qué vamos a desilusionar al personal?...
Los que "temblaban" ante la posibilidad de un repliegue litúrgico han respirado a fondo y con alivio. Y los que tenían puesta su esperanza en un Ratzinger restaurador miran con lupa y purgan cada línea para encontrar materia que los libre de la desesperación: "fíjate... el Papa escribe que los seminaristas aprendan latín". Casi, casi como un día después de elecciones; aunque hayan perdido todos dicen que han ganado.
He leído el documento detenidamente. A medida que avanzaba no podía evitar que viniera a mi mente la famosa letrilla de la yenka: "Esta es la yenka que se baila así: izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante y atrás, un dos tres. Mira que bien va la yenka y qué graciosa es la yenka". En fin, que la graciosa yenka te da un buen meneo al cuerpo pero te deja en el mismo sitio donde estabas. ¿Y para esto tanto meneo? ¿Para esto tanto mover la cancarria?.
Reconozco que me ha asaltado la tentación de ser "politicamente correcto"y dar comienzo a una serie de artículos de fondo intentando cantar todas las palinodias de la yenka que acabo de leer. Quizás quedaría medianamente bien ante los sufridos lectores de este pobre blog. Pero no quedaría a gusto conmigo mismo. Y, con toda verdad, no quedaría bien con Aquél que sabe lo que realmente pienso. Por eso no puedo ceder a la tentación y he de hacer un acto de sinceridad.
Esto es lo que ha pasado por mi mente y por mi corazón: ¿Para esto han hecho falta diecisiete meses de espera?. Ciertamente se demuestra que las cosas de palacio van despacio.Vamos, que las tortugas son dignas de una medalla olímpica. Diecisiete meses son muchos meses para hacer entrega de un documento. A estas alturas en la mente de la mayor parte del pueblo de Dios el Sínodo está ya en el baúl de los recuerdos.
¿Y este era el documento tan polémico y de vital importancia que el Papa estaba preparando, luchando contra viento y marea?. Pues, por bien poca cosa se levantan tempestades en el Vaticano. Si quieren saber lo que son tempestades que se acerquen a las parroquias... Lo suyo, entonces, es una tormenta en un dedal.
No voy a negar que la Exhortación recoge una doctrina hermosa y profunda sobre el Misterio eucarístico. Sí, pero no supera en profundidad a los documentos anteriores , y más recientes, sobre el mismo tema. La doctrina estaba ya perfectamente definida. El problema era y es la práctica de la celebración. Me temo que "Sacramentum Caritatis" nos deja como estábamos. Incluso me atrevo a decir que fue mucho más valiente y profético "Redemptionis Sacramentum". A todas luces puso mucho más el dedo en la llaga.
¿Para esto ha hecho falta un Sínodo?. Leyendo las intervenciones de muchos Padres sinodales, esta Exhortación es como una gaseosa sin gas. Vamos, que no responde a sus preocupaciones, o al menos no ofrece garantías de que nada se vaya a solucionar. ¿Habrá nacido "Sacramentum Caritatis" con clara vocación de engrosar ya desde esta misma tarde el archivo de los despachos parroquiales?. Tristemente me temo que sí.
Quien lea con detenimiento se dará cuenta que en su parte más práctica no deja de ser una mera declaración de buenas intenciones. Pero con sólo buenas intenciones no se gobierna ni la Iglesia, ni un país, ni siquiera la casa de uno. Es exactamente, calcada, la línea de Pablo VI, quien estaba persuadido de que el Papa sólo debía exhortar. Evidentemente es un gravísimo error, cuyas consecuencias todavía estamos sufriendo. ¿Se imaginan un presidente de gobierno que sólo se dedique a exhortar? ¿Se imaginan un país donde el legislativo, el ejecutivo y el judicial se dediquen sólo a exhortar?. Vamos, que eso en vez de un país sería una merienda de blancos, la tasca de la Bernarda.
Benedicto XVI en el documento exhorta, anima, sugiere, aconseja... ¿En algún momento se decidirá a mandar?. Sí, alguno fruncirá el ceño. Pero es que Cristo no ha puesto un jefe de la Iglesia para que sugiera, sino para que mande y gobierne. Bien es cierto que la Exhortación no es un texto jurídico. Pero, ¿se traducirá el documento en normas concretas y operativas?. Permítanme que lo dude y lo desconfíe. El tono es más bien de absoluto refrendo a cuanto se viene haciendo, sin revisionismo de ningún tipo. Únicamente insiste en que todo lo dispuesto hasta ahora si se ha hecho mal en algunos sitios, en adelante se exhorta a que se haga mejor. Vamos, que para esto no hacía falta un Sínodo ni un documento cuyo parto ha tardado diecisiete meses. Era suficiente con mandar desempolvar el Enchiridium liturgicum. No crean que aporta mucho más. Es decir, más de lo mismo...
Estoy al tanto de que muchos estaban abducidos por los ensayos de Ratzinger sobre liturgia. Confiaban en que ahora había llegado su hora para como Papa poner en práctica cuanto había escrito. A los hechos me remito: después de dos años de Pontificado no ha sido capaz siquiera de que la cruz del altar de la confesión en San Pedro esté en el centro del altar, tal y como él mismo defiende en sus escritos - es el mismo Ratzinger el que pone el ejemplo y menciona el altar de San Pedro-. Sinceramente, considero que dos años no son dos días.
¿Han conseguido los lobos asustar y paralizar al Pastor?... ¿Será que no se le puede pedir que él mismo sacrifique a su criatura?...No olvidemos que también él es de la generación en la que el revoltijo litúrgico logró imponerse sobre la verdadera reforma litúrgica.
En fin, no se tomen nuestras "críticas" como desafecto al Santo Padre. Ni mucho menos. Le queremos de todo corazón, pero sin quitarnos la cabeza junto con la gorra.

lunes, 12 de marzo de 2007

GLORIA A LOS SANTOS MÁRTIRES QUE CON SU SANGRE REGARON LAS TIERRAS DE ESPAÑA

Queremos felicitar con toda el alma a los amigos del Círculo Isabel la Católica. Ayer hicieron la presentación del documental "La Cruz y la gloria" sobre la persecución religiosa en España durante la Segunda República y la Guerra Civil (1931-1939). El documental dura 1h. 5 min.
Este es el camino correcto a seguir. Hay publicaciones escritas, sobre todo a nivel de Congregaciones Religiosas, sobre los mártires. Faltan todavía a estas alturas demasiadas por publicar. Y en general no se ha hecho el suficiente esfuerzo divulgativo. Es una obligación pendiente: popularizar y divulgar abundantemente los preciosísimos testimonios martiriales.
"La Cruz y la gloria" supone un paso de gigante: pasar del libro a la imagen. Las dos cosas hacen falta y son necesarias, pero hoy el mundo de la imagen es mucho más atrayente, divulgativo y de mayor calado en la sociedad. Tristemente uno se pregunta qué han hecho hasta ahora en este sentido todas esas instituciones eclesiales que tanto presumen de tener el carisma de la evangelización a través de los medios de comunicación modernos: cine, televisión, etc. ¡Por favor, gasten los dineros en cosas como estas que valen la pena y déjense de invertir en teólogos heterodoxos y en pamplinas! ¿O es que sienten "verguenza" de hablar abiertamente del testimonio de los mártires de la persecución en España?. No lo afirmo; sólo lo cuestiono, visto lo visto hasta ahora.
Ojalá la cosa no se detenga a quí y vengan más y más publicaciones. Los niños y jóvenes católicos de nuestros días tienen derecho a conocer con pelos y señales la verdadera historia -historia gloriosa- de sus más recientes antepasados en la fe. Precisamente el vacío informativo en este campo está siendo aprovechado por los hijos de las tinieblas de la hora presente -más astutos que los hijos de la luz- quienes están dando el camelo haciendo de los verdugos víctimas, y de las víctimas verdugos, retrogrados y enemigos de la libertad. Y es que el mal no conoce tregua. Tristemente los que deberían airear el bien sestean cómodamente o vergonzosamente.
Por cierto, ¿dónde están los cineastas católicos y los artistas y los escritores y los periodistas...? ¿Les parece poca fuente de inspiración todo lo acaecido hace 75 años?. Pues, tristemente, los de la rosa, los de la hoz y el martillo, y comparsa, parecen haber encontrado un filón sin término. A ver si se acaba tanta cobardía. No nos quejemos y atengámonos a las consecuencias cuando miles y miles de niños en las escuelas públicas están aprendiendo la historia al revés, admirando lo que de ninguna manera es admirable y recibiendo en sus infantiles y jóvenes corazones la semilla del odio hacia todo lo Católico. Sí, la semilla del odio y de la condena hacia sus abuelos está siendo plantada en ellos. ¿Todavía no nos hemos enterado? ¿Entonces, qué hacemos mirando hacia el otro lado?... A tal siembra, habrá que esperar pronto tal cosecha...

sábado, 10 de marzo de 2007

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

"Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para que va a ocupar terreno en balde?"
Movido de inmensa caridad el Padre envió a su Hijo al mundo como portador del amor divino.
El Hijo es don del Padre para todos los hombres, pero enviado a la casa de Israel, pueblo amado y elegido, cultivado con mimo por el Señor en el largo proceso de su historia.
Tenía derecho el Padre a esperar abundantes frutos. Sin embargo, el Mesías y Salvador "vino a los suyos y los suyos no lo recibieron".
Durante tres años de vida pública el Hijo enviado "recorría todas las ciudades y aldeas de Israel anunciando el Evangelio del reino" ¿Y qué frutos pudo recoger?. El Templo, morada de Dios, convertido en cueva de ladrones. La cátedra de Moisés ocupada por aquellos que se habían quedado con la llave del saber y no entraban ni dejaban entrar a los demás. El hombre sometido al sábado. Aferrados a tradiciones humanas y alejados de la Ley y de los Profetas. Autoridades que liaban fardos pesados y los cargaban sobre los hombros de la pobre gente mientras ellos no estaban dispuestos a mover un solo dedo.
La higuera de la casa de Israel no daba los frutos esperados por Dios.
A pesar de ello, el Señor se muestra compasivo y misericordioso, "lento a la ira y rico en clemencia; como se levanta el cielo sobre la tierra se levanta su bondad sobre sus fieles".
Será el mismo Hijo enviado el que cave nuevamente alrededor de la higuera. Abonará con su propio Cuerpo entregado y con su Sangre derramada las secas raíces, esperando con ello nuevos y abundantes frutos para ofrecer al Padre. ¡Oh, Israel, "Él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura"!
El Señor espera de cada uno de nosotros, hijos del nuevo Israel que es su Iglesia, que seamos fruto dulce y logrado. Lo lograremos, si de verdad nos convertimos a Él cada día de todo corazón.
Sólo contemplando la Cruz de Cristo seremos conscientes de todos sus beneficios y nos convenceremos de que Él perdona nuestras culpas y cura nuestras enfermedades.
¡Oh Iglesia, nuevo Israel de Dios, árbol plantado al borde de la acequia bendice al Señor!

viernes, 9 de marzo de 2007

CALENTANDO MOTORES EN LA SAGRADA CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO

Monseñor Ranjith es Secretario de la Sagrada Congregación para el Culto Divino. Nombrado para tal cargo Pastoral por Su Santidad Benedicto XVI - Entrevista realizada por Anthony Valle y publicada en Inside the Vatican-
ANTHONY VALLE: Su Excelencia, usted ha sido generoso concediendo varias entrevistas a la prensa internacional relacionadas con liturgia desde que se convirtió en el Secretario de la Congregación para el Culto Divino. Algunas de sus declaraciones han sido mal interpretadas y produjeron controversias en vez de la pretendida claridad. ¿Le gustaría aclarar alguna cosa?
MONSEÑOR MALCOM RANJITH: En lo que yo deseaba insistir en esas entrevistas fue en que la reforma pos-conciliar de la liturgia no ha podido lograr las esperadas metas de renovación espiritual y misional en la Iglesia de forma que hoy pudiéramos estar verdaderamente contentos con ella. Indudablemente también ha habido resultados positivos: pero los efectos negativos parecen haber sido mayores, causando mucha desorientación en nuestra jerarquía. Las iglesias se han vaciado, el libre cambio litúrgico se ha puesto a la orden del día, y la verdadera intención detrás de las apariencias y el significado de eso que es celebrado ha quedado obscurecido. Uno tiene entonces que empezar a preguntarse si la reforma que de hecho se dio en el proceso se dirigió adecuadamente. De este modo, nosotros necesitamos fijarnos bien en lo que ha ocurrido, rezar y reflexionar acerca de sus causas y con la ayuda del Señor actuar para hacer las correcciones necesarias.
VALLE: Da la impresión de que el Papa Benedicto XVI fuera a publicar el Motu Proprio para liberalizar el uso de la Misa Tridentina tradicional. Algunos esperan que el Motu Proprio del Papa instituirá una estructura jurídica que permitirá a los sacerdotes celebrar la Misa Tradicional sin ser injustamente acosados y continuamente frustrados y, aquí viene la ironía, no por personas de otras creencias o las autoridades seculares, sino por sus propios pastores y obispos. ¿Es realista esta esperanza de un nuevo aparato jurídico? ¿Es necesario tal aparato?
RANJITH: Bien, existe esta creciente llamada a una restauración de la Misa Tridentina. E incluso ciertas destacadas figuras de la élite han hecho apelaciones públicas por esta Misa recientemente en algunos periódicos. El Santo Padre, estoy seguro, tomará nota de esto y decidirá lo mejor para la Iglesia. Usted habla de la posible realización de estructuras jurídicas nuevas para la aplicación de tales decisiones. No pienso que esto sea el problema. Más bien lo más importante en todo esto es la actitud pastoral. ¿Denegarán los obispos y los sacerdotes las peticiones de Misas Tridentinas y de esa forma crearán también una necesidad de estructuras jurídicas para asegurar la ejecución de la decisión del Papa? ¿Debería ir la cosa por ahí? Sinceramente espero que no sea así. La pregunta apropiada que los pastores tienen que hacerse a sí mismos es: ¿Cómo puedo yo como obispo o como sacerdote atraer a las personas a Cristo y a su Iglesia? No es tanto un asunto de Misa tridentina o de Novus Ordo. Sino que es justamente una pregunta de sensibilidad y responsabilidad pastoral. Y así, si las Misas Tridentinas son un medio para lograr un mejor nivel de enriquecimiento espiritual en los fieles, entonces los pastores las deberían permitir. Lo importante no es por tanto el "qué" sino el "cómo". La Iglesia siempre debería tratar de ayudar a nuestros fieles a acercarse al Señor, para sentirse interpelados por Su mensaje y responder a Su llamada generosamente. Y si eso puede ser logrado a través de la celebración de la Misa del Novus Ordo o de la Misa de Pío V, bien, entonces debería ser concedido el espacio necesario a lo que es mejor en vez de meterse en una innecesaria disputa teológica que nos aboca a la división. Cosas así necesitan ser decididas mediante el corazón y no tanto a través de la cabeza. Después de todo, el papa Juan Pablo II hizo una súplica personal en Ecclesia Dei Aflicta de 1988 a los obispos, llamándoles a ser generosos sobre este punto con los que desean celebrar o participar en la Misa Tridentina. Además, deberíamos recordar que la Misa Tridentina no es algo que le pertenezca sólo a los seguidores del Arzobispo Lefebvre. Es nuestra herencia como miembros de la Iglesia Católica. El Concilio Vaticano II, como el Papa Benedicto dijo claramente en su discurso a los miembros de la Curia Vaticana en diciembre de 2005, no se pensó como un comienzo completamente nuevo, sino como una continuidad con un sentido de entusiasmo renovado y un punto de vista nuevo que responda mejor a las necesidades pastorales en este tiempo. Aparte de eso, también tenemos la seria pregunta sobre la disminución del número de creyentes en algunas de las iglesias del mundo occidental. Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos que ocurrió en esas iglesias y entonces dar los pasos para corregir lo que sea necesario. No creo que esta situación sea atribuible solo a la secularización. Una profunda crisis de fe combinada con un viaje por la experimentación litúrgica y la novedad sin sentido han tenido su propio impacto en este asunto. Hay mucho formalismo y mucha insulsez evidente a la vez. De este modo, necesitamos recobrar un verdadero sentido de lo sagrado y místico en el culto. Y si los fieles consideran que la Misa Tridentina les ofrece ese sentido de lo sagrado y místico más que cualquier otra cosa, entonces deberíamos tener el valor de aceptar su petición. Acerca de la oportunidad del momento y naturaleza del Motu Proprio, nada nos es aún conocido. Es el Santo Padre el que decidirá. Y cuando él lo haga, nosotros deberíamos aceptar todo lo que él nos indique y con un amor genuino hacia la Iglesia deberíamos esforzarnos por ayudarle. Cualquier otra actitud que demostremos sólo dañaría la misión espiritual de la Iglesia y frustraría la propia voluntad del Señor.
VALLE: Como a muchos católicos de hoy, mi esposa y yo nos hemos dado cuenta de que solemos dejar la celebración de la Misa del Novus Ordo del domingo más exasperados y perplejos que espiritualmente revigorizados. ¿Por qué?
RANJITH: En la celebración del Novus Ordo tenemos que ser muy serios acerca de lo que hacemos en el altar. No puedo ser que un sacerdote que imagina en su sueño lo que hará en el Misa el siguiente día, camine hasta el altar y empiece a celebrar con toda clase de novedosas rúbricas y acciones inventadas.. La Eucaristía Sagrada le pertenece a la Iglesia. Por lo tanto, tiene un contenido propio que no puede ser dejado a la idiosincrasia del celebrante individual. Cada elemento en la liturgia de la Iglesia tiene su propia y larga historia de desarrollo y significado. No es un asunto de tradiciones privadas y no puede ser materia de manipulación por todos y por la diversidad.De hecho, la Sacrosanctum Concilium afirma que nadie salvo la Sede Apostólica y los obispos, donde esto sea permitido a los últimos por la primera, “nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia.” (SC 22). No obstante, notamos mucha rienda suelta en materia litúrgica en algunas áreas de la Iglesia hoy, básicamente debido al incorrecto entendimiento de la teología litúrgica.Por ejemplo el misterio de la Santa Eucaristía ha sido a menudo mal entendido o parcialmente entendido, dejando así la puerta abierta a toda clase de abusos litúrgicos.En la celebración de la Santa Eucaristía, algunos ponen excesivo acento en el rol presidencial del sacerdote. Pero sabemos que el sacerdote no es realmente el agente principal de lo que sucede en el altar.Es Jesús mismo.Además, cada celebración litúrgica tiene siempre una dimensión celestial “que se celebra en la Ciudad Santa de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos”(SC 8).Otros explican la Eucaristía en un sentido que pone el acento en su dimensión banquete/comida, ligándola a la “comunión.” Esta también es una consideración importante, pero deberíamos recordar que no es tanto una comunión creada por quienes toman parte en la Eucaristía tanto como por el Señor mismo.A través de la Eucaristía, el Señor nos asume a Sí y en Él somos puestos en comunión con todos los otros que se unen a Él. No es pues tanto una experiencia sociológica sino mística. Por tanto, una “comunión” Eucarística es una experiencia celestial.Lo que es más importante es la dimensión sacrificial de la Eucaristía. Cada vez que celebramos la Eucaristía revivimos el Sacrificio del Calvario, celebrándolo como el momento de nuestra salvación.Y este mismo hecho también constituye la única dignidad y fuente de identidad del sacerdote. El ha sido instituido por Cristo para celebrar el maravilloso misterio de cambiar este corruptible pedazo de pan en el mismo glorioso Cuerpo de Cristo y éste poco de vino en la Sangre de Cristo, decretando el sacrificio del calvario por la salvación del mundo. Y esto debe vivirse, entenderse y creerse por el sacerdote cada vez que celebra la Eucaristía. De hecho, la Sacrosanctum Concilium acentúa la efectividad sacrificial y salvífica de la Misa. El sacerdote llega a ser así otro Cristo, por decirlo así. ¡Que gran vocación! Y así, si celebramos la Eucaristía devotamente, entonces los fieles cosechan un inmenso beneficio espiritual y vuelven una y otra vez en búsqueda de ese alimento celestial.
VALLE: Algunos han creído que la solución a la crisis litúrgica —y en el fondo a la crisis de Fe— que afecta a la Iglesia Católica hoy sería establecer el uso exclusivo de la Misa Tridentina, en tanto que otros sostienen que todo lo que realmente necesitamos es una “reforma de la reforma,” en otras palabras, una reforma del Novus Ordo. ¿Que piensa Usted?
RANJITH: Una actitud de “o una u otra” polarizaría innecesariamente a la Iglesia, mientras que la caridad y la preocupación pastoral deben ser los factores determinantes.Y si el Santo Padre lo decide así, ambas pueden coexistir.Eso no significaría que tendríamos que abandonar el Novus Ordo. Pero en la interacción de las dos tradiciones Romanas, es posible que la una pueda influir eventualmente en la otra.No podemos decir que todo está completo y finalizado, que nada nuevo puede pasar. De hecho, el Vaticano II nunca abogó por cambios inmediatos en la liturgia. Más bien, prefirió el cambiar a “nuevas formas [que] se desarrollen, por decirlo así, orgánicamente a partir de las ya existentes” (SC 23). Como el Cardenal Antonelli, veneradísimo miembro del Concilio que emprendió la revisión de la litúrgia después del Concilio, anota en sus diarios, algunos de los cambios litúrgicos después del Concilio han sido introducidos sin mucha reflexión, de manera superficial, y convertidos luego en práctica aceptada.Por ejemplo, la Comunión en la mano no ha sido algo que hubiera sido primero estudiado y reflexionado hasta antes de su aceptación por la Santa Sede. Fue introducida a la ligera en algunos países del norte de Europa y más tarde se convirtió en práctica aceptada, eventualmente se expandió a muchos otros sitios. Ahora bien, esta es una situación que debería haber sido evitada. El Concilio Vaticano Segundo nunca abogó por tal modo de ver la reforma litúrgica.
VALLE: Lex orandi, lex credendi, lex vivendi (“La ley de la oración (es) la ley de lo que se cree, (es) la ley de lo que se vive”). ¿Es verdad que la manera que adoramos y oramos influye en lo que creemos, y que lo que creemos influye en cómo vivimos? En otras palabras, en última instancia la liturgia influye nuestra vida moral, ¿Si o no?
RANJITH: Si. ¿Como podemos convencer a los fieles de hacer sacrificios en sus decisiones morales y éticas, a menos que sean primero tocados e inspirados profundamente por la gracia de Dios? Y eso pasa especialmente en la adoración, cuando el alma humana experimenta la gracia salvífica de Dios más íntimamente. En la adoración, la fe llega a ser interiorizada y se completa con inspiración y fortaleza, haciéndolo a uno capaz de tomar decisiones morales que estén en consonancia con esta fe. En la liturgia, deberíamos experimentar la cercanía de Dios a nuestros corazones tan intensamente que a su vez nosotros comencemos a creer fervientemente y fuéramos compelidos a obrar en consecuencia.
VALLE: ¿Cuales son algunas direcciones o conflictos litúrgicos actuales que necesitan corregirse?
RANJITH: Uno de ellos, desde mi punto de vista, es la costumbre de realizar liturgias ecuménicas en sustitución de la Misa dominical en algunos países, durante las cuales líderes laicos católicos y protestantes celebran juntos y éstos últimos son invitados a predicar la homilía. Las Liturgias Dominicales de la Palabra con la distribución de la Santa Comunión, cuya forma se permite en casos en los cuales no está presente un sacerdote, si se convierten así en eventos ecuménicos, pueden dar a los fieles una señal equivocada. Pueden crear la costumbre del domingo sin Eucaristía.La Eucaristía, como Ud. sabe, hace a la Iglesia (Ed E. 21) y esto es central para nosotros los católicos. Si es tan fácilmente reemplazada por liturgias de la Palabra, o peor aún por los así llamados servicios ecuménicos de oración, la misma identidad de la Iglesia Católica queda en cuestión. Infortunadamente, oímos también de casos en los cuales la misma Eucaristía esta siendo celebrada de varios modos junto con pastores protestantes. Esto es totalmente inadmisible y constituye graviora delicta (“delito gravísimo") (MR 172).El ecumenismo no es algo que se deje a la elección ad hoc de sacerdotes individuales. El verdadero ecumenismo, como el expuesto por el Vaticano II, proviene del corazón de la Iglesia. Por ejemplo, el camino del verdadero ecumenismo comienza con la seria reflexión de parte de quienes se cree son competentes para entrar en ese tipo de reflexión. Tales como el Consejo Pontifício para la Unidad de los Cristianos y el mismo Santo Padre. No todos tienen la competencia para saber en que sentido esta delicada búsqueda de la unidad debe ser percibida. Se necesita mucha reflexión y oración. De allí, la novedad litúrgica en nombre del ecumenismo no debería ser tratada individualmente.Una segunda tendencia es la sustitución progresiva de la Misa celebrada por el sacerdote por un servicio paralitúrgico guiado por un laico. Esto, desde luego, puede legítimamente pasar cuando no hay sacerdote disponible y las facilidades para el cumplimiento de la obligación Dominical son escasas. Sin embargo, esta es una excepción, no la regla. Lo que es peligroso es arrinconar al sacerdote aún cuando está disponible y algún equipo pastoral de laicos se arroga para sí mismo tareas que están reservadas a los sacerdotes. Por esto quiero decir, la tendencia de tener al líder laico predicando la homilía en vez del sacerdote, aunque esté presente, o distribuir la Santa Comunión, dejando sentar libremente al sacerdote en el altar.Debemos resaltar aquí que, como afirma el Concilio Vaticano II, [en] el sacerdocio común de los fieles y [en] el ministerial del sacerdocio “Su diferencia es esencial no solo gradual” (LG 10). Y es así gravemente arbitrario dejar a los laicos las sagradas obligaciones reservadas al sacerdote.Lo que es muy desafortunado es la creciente tendencia en todo el mundo de convertir en laico al sacerdote y clericalizar al laico. Esto también es contra mentem (“contra la mente” o “contra la intención”) del Concilio.Hay asimismo una creciente tendencia a sustituir la Misa del domingo con la del sábado casi como una practica “rutinaria”. En lugar de ser el domingo el verdadero día del Señor, y así un día de descanso espiritual y físico, hay un movimiento para disminuir su importancia, convergiéndolo en un día de diversiones materiales. En Dies Domini, el Papa Juan Pablo II ya avisó sobre esta desafortunada tendencia.Un punto final al que quiero hacer relación aquí, se refiere a algunas practicas introducidas en territorios de misión, por ejemplo, en Asia, en nombre del cambio, que son contra su herencia cultural.En algunos países asiáticos, vemos una tendencia de introducir la Comunión en la mano recibida de pie. Esto no está en armonía con la cultura asiática. Los budistas adoran postrándose con su frente tocando el suelo. Los musulmanes se quitan sus zapatos y se lavan sus pies antes de entrar a la mezquita para el culto. Los hindúes entran al templo con el pecho descubierto como símbolo de sometimiento. Cuando la gente se acerca al rey de Tailandia o al emperador de Japón, lo hacen de rodillas como señal de respeto. Pero en muchos países asiáticos la Iglesia ha introducido prácticas como simplemente una reverencia al Santísimo Sacramento en lugar de arrodillarse, estando de pie mientras se recibe la Santa Comunión, y recibir la Comunión en la mano. Y sabemos que éstas no pueden ser consideradas prácticas armónicas con la cultura asiáticaAdemás, los laicos cuyo papel hoy está aumentando en la Iglesia no son siquiera consultados cuando esas decisiones se hacen.Todas estas situaciones no auguran el bien para la Iglesia y necesitamos corregir estas tendencias, si deseamos que la eucaristía que celebramos se convierta en, como afirma San Ignacio de Antioquia, “medicina y antídoto contra la muerte” (Ef. 20).

jueves, 8 de marzo de 2007

MAHONY EL VIBRADOR

Preguntado su Eminencia, el Cardenal de Los Ángeles, sobre el Motu Proprio que liberaría el Rito Romano de la Misa responde: "De 5 millones de Católicos, sólo un puñado está interesado en
la Misa latina. Debo concentrarme en el 99% que necesita una Misa vibrante que los incluya en la celebración".
Pues muy bien que anda "Su Ocurrencia". Yo creía que un miembro del Sacro Colegio debía concentrarse en el bien de las almas, suprema ley de la Iglesia. Y en el bien de todas las almas, no sólo del 99% de las almas. ¿Acaso el puñado de las otras no son de Dios? ¿Quién se tiene que concentrar en ellas, entonces? ¿Que se muera de asco el puñado?...
Dice, además, "Su Impertinencia" que el 99% necesita una Misa vibrante. Yo creía que lo que realmente necesitaban los fieles era la Santa Misa, sin más. Porque la Santa Misa vale por sí misma, por el torrente de gracias que de ella se derivan. Según Monseñor Mahony lo que los fieles necesitan son Misas vibrantes. Será porque Nuestro Señor Jesucristo, a secas, no es vibrante y por lo tanto necesita de Mahony y de sus "actores" para encender los ánimos del público.
Pero es que además dice "Su Insolencia" que la Misa vibrante incluye a los fieles en la celebración. Pues mira tú que pena... Resulta que los Apóstoles, los Santos Padres, San Agustín, Santo Tomás, Santa Teresa de Jesús, San Juan Bosco, etc... Toda la pléyade de Santos anteriores al revoltijo litúrgico se han quedado sin Misa; se han quedado fuera de la celebración, porque nadie les agasajó con la Misa vibrante. ¿Cómo hace Dios estas cosas? ¿Cómo se le ocurre haber dejado durante dos mil años a su Iglesia y a sus Santos sin Mahony y sin Misa vibrante?
Ya ven ustedes, así andan en la Cúpula de la Santa Romana Iglesia. Cómo andarán en los bajos fondos... Pues nada, Mahony, a vibrar que son dos días...

martes, 6 de marzo de 2007

¿SE ACABARÁ POR FIN EL RECREO?

Según ha informado hoy la Santa Sede el próximo martes día 13 se hará la presentación oficial de la Exhortación Apostólica "Sacramentum Caritatis".

A nadie se le oculta la tremenda expectación existente en la Iglesia en los últimos meses respecto de dicho documento y del posible Motu Proprio que devolvería al Rito Romano de la Santa Misa, anterior al Novus Ordo, los derechos legítimos que camarada Buan- nombre masón de Annibale Bugnini- y comparsa intentaron conculcar por todos los medios - ilegítimos a todas luces teniendo en cuenta la Bula "Quo primum tempore"del Papa San Pío V. Según dicha Bula: "En nombre de Nuestra Autoridad Apostólica Nos concedemos y acordamos que este mismo Misal podrá ser seguido en totalidad en la misa cantada o leída en todas las iglesias, sin ningún escrúpulo de conciencia y sin incurrir en ningún castigo, condenación o censura y que podrá válidamente usarse, libre y lícitamente y esto a perpetuidad".

Benedicto XVI está convencido de que la "devolución" del Rito Romano a toda la Iglesia es una cuestión de justicia. Y lo hará. Seguro que lo hará, pese a los aullidos de los lobos que están rabiosos y pese a las tretas de los neogalicanos.

La cuestión que nos ocupa, sin embargo, ahora es la de la Exhortación Post-Sinodal.¿Logrará dar la puntilla al revoltijo litúrgico postconciliar? ¿Después de casi cuarenta años habrá llegado ya la bendita hora en que la Santa Sede diga con seriedad y energía a todos los Obispos del mundo que el recreo por fin se ha terminado?. Ojalá que sea así, para exhaltación de la fe católica y para bien de las almas. En la Iglesia de papel postconciliar, en la que se amontonan papeles y más papeles a los que nadie hace caso, provocando así un deterioro espantoso de la autoridad, ¿logrará dicha Exhortación frenar los abusos, crear un clima de mayor respeto hacia la Sagrada Liturgia y abrir un camino de recuperación del sentido de lo sagrado? ¡Quiéralo Dios! Aunque para ello hará falta algo más que un documento: todo el empeño y la energía de Roma. Y ,aún antes que nada, que suene fuerte la campana para los Señores Obispos: "El Recreo se acabó. Roma locuta".

lunes, 5 de marzo de 2007

MASTERPLAN PARA DESTRUIR LA IGLESIA ( I )

Hace varias décadas se difundió el famoso texto del Masterplan para destruir la Iglesia. El texto comenzaba de la siguiente manera: "Alguien dejó "olvidado" en mi oficina médica un sobre grande, cerrado. Después de dos meses nadie lo reclamó. Lo abrí para averiguar la identidad de su dueño. Lo que me encontré fue una gran sorpresa: "El Masterplan para destruir la Iglesia", nadie firmaba, no se daba ninguna dirección, nada más que un plan riguroso para destruir la Iglesia de Cristo".
¿Es creíble esta relación de hechos? ¿Es creíble esa trama de la que habla qien publicó el Masterplan?... Quizás la respuesta a estas preguntas sea lo de menos. Lo importante es analizar si los puntos precisos del diábolico plan se han ido cumpliendo. Aquellos que, gracias a Dios, no hayan perdido la capacidad de asombro se sorprenderán enormemente. Pero, antes de seguir adelante, dejemos claro que ningún plan humano, por perfecto y estudiado que sea, logrará nunca destruír la Iglesia de Cristo. "Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella". Sin embargo, la promesa de Cristo no obsta para que la Iglesia pueda sufrir terribles crisis, e incluso que multitudes de católicos puedan desviarse de la fe verdadera, y también que la Iglesia pudiera llegar a desaparecer de vastas áreas geográficas. El Cardenal Ratzinger componía la siguiente oración para el Via Crucis del año 2005:
"Señor, frecuentemente tu Iglesia nos parece una barca a punto de hundirse, que hace aguas por todas partes. Y también en tu campo vemos más cizaña que trigo. Nos abruman su atuendo y su rostro tan sucios. Pero los empañamos nosotros mismos. Nosotros quienes te traicionamos, no obstante los gestos ampulosos y las palabras altisonantes. Ten piedad de tu Iglesia: también en ella Adán, el hombre, cae una y otra vez. Al caer, quedamos en tierra y Satanás se alegra, porque espera que ya nunca podremos levantarnos; espera que tú, siendo arrastrado en la caída de tu Iglesia, quedes abatido para siempre. Pero tú te levantarás. Tú te has reincorporado, has resucitado y puedes levantarnos. Salva y santifica a tu Iglesia. Sálvanos y santifícanos a todos".
Seguramente el Cardenal no compondría esta plegaria sin estar firmemente convencido de que una crisis terrible, de gigantescas proporciones, sacude hoy la nave bimilenaria de nuestra amadísima Iglesia. Con Masterplan o sin él los frutos de la devastación están a la vista. Y lo que es más triste: los enemigos de la Iglesia no sólo han actuado y actúan desde fuera de ésta, sino desde el interior, inoculando su pestilente veneno en sus mismas venas: dicasterios, universidades, seminarios, noviciados y parroquias.
Lo primero de todo es orar con perseverancia y confianza en Dios y en Nuestra Señora:
"Acoge, Señor, benignamente las súplicas de tu Iglesia, para que, destruidas las adversidades y los errores todos, te sirva con segura libertad. Humilla, Señor, la soberbia de nuestros enemigos, y con toda la fuerza de tu brazo abate su contumacia. Por Cristo nuestro Señor". ¡Madre de la Iglesia, ruega por nosotros!

sábado, 3 de marzo de 2007

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

"En aquel tiempo Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos". Pedro es el Príncipe de los Apóstoles, el que ha sido puesto por Jesús al frente de su familia. El que recibe la misión de confirmar a sus hermanos en la fe. Es el Apóstol que niega tres veces al Maestro y que con lágrimas de arrepentimiento vuelve sobre sus pasos y busca el perdón del Señor. Pedro se ratifica tres veces en el amor a Jesús reparando de ese modo la triple negación. Jesús le encomienda apacentar a sus ovejas y a sus corderos -fieles y pastores de la Iglesia-. Santiago es el Apóstol protomártir, el primero en derramar su sangre por el testimonio de Jesús. El primero en beber el cáliz del Señor. Entrega su vida, según una antiquísima tradición, después de haber llevado la Buena Nueva de Jesús hasta el Finisterre. Juan es el más joven de los Apóstoles, el discípulo a quien Jesús tanto quería. Juan acompaña a Jesús hasta los pies de la Cruz y allí recibe de labios de Jesús a María por Madre. Juan es el Apóstol virgen que representa a la Iglesia a los pies de la Cruz. Jesús los lleva consigo a lo alto de la montaña y se transfigura delante de ellos. Allí les permite entrever la gloria de su divinidad y experimentar el gozo de vivir en la santa presencia de Dios. Aparecen Moisés y Elías. Representan la Ley y los Profetas. En medio de ellos Nuestro Señor Jesucristo el Mesías enviado que encarna en su Persona el cumplimiento de las promesas de Dios y la plenitud de la Ley. Las miradas del Antiguo Testamento -Moisés y Elías- y las del Nuevo Testamento -Pedro, Santiago y Juan- confluyen en Jesucristo. Él es el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Es el centro de la historia y artífice de la Salvación del género humano. Es en la altura de la montaña, donde se junta la tierra con el cielo, el "espacio" en el que acontece la experiencia de Dios. La montaña es un espacio de calma y de silencio. Espacio donde sólo se percibe el viento, figura utilizada para representar el Espíritu del Señor. La montaña es espacio privilegiado que ensancha y dilata el campo de visión humana -mirada de fe-. La montaña es altura que permite tomar distancia de la pequeñez en la que discurre la vida cotidiana, abriendo un ventanal que permite divisar hasta los límites del horizonte -visión sobrenatural-. La montaña es figura sugerente de la Iglesia de Cristo, ciudad edificada en lo más alto del monte. Espacio por excelencia de la experiencia salvadora de Dios. La montaña es figura sugerente de la vida de oración, de la mirada de fe, de la vida espiritual. "En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: Este es mi Hijo, el Amado, escuchadle". En la era de los poderosos medios de comunicación que llevan la palabra y la imagen hasta los lugares más recónditos con asombrosa rapidez se hace nueva la voz del Padre: "Este es mi Hijo, el Amado, escuchadle". En medio de tantas voces y palabras que rompen el silencio de la vida del hombre posmoderno, sólo Cristo es la Palabra. Palabra única y verdadera que el hombre necesita. Palabra portadora de vida, de verdad y de justicia. En la vorágine de la hora presente una actitud es necesaria por encima de cualquier otra: la actitud de escucha hacia Aquél, el único, que tiene palabras de vida eterna. El testimonio del Padre es portador de la solución a todos los gravísimos interrogantes y desafíos de la hora presente.

viernes, 2 de marzo de 2007

UN ESTADO QUE NO SE RIGIERA SEGÚN LA JUSTICIA SE REDUCIRÍA A UNA GRAN BANDA DE LADRONES

Existe una justicia humana. Existe también una justicia divina. Que nadie dude que Dios hará justicia a su tiempo y a su modo. Uno puede evadirse de la justicia humana. Pobre iluso todo aquél que piense que podrá burlar la justicia divina. Es Palabra revelada en las cartas del Apóstol San Pablo que de Dios nadie se ríe. Y desgraciadamente hay cretinos que parecen reírse de Dios y de los hombres. ¡Tendrán su hora y su hipócrita y malévola sonrisa se convertirá en llanto!. Posiblemente les espere un llanto muy amargo. Mucho más amargo que el que ellos provocan a quienes hacen sufrir y a quienes pisan y hieren en su dolor, en sus sentimientos y en su dignidad. ¡Dios no dejará sin justicia a quienes apelan a Él! ¡Dios siempre hace justicia a sus pobres!
No siempre la "justicia" humana es justa. La de Dios lo es siempre.
¡Cuánto engaño y cuánta podrida ideología!... Con un sólo objetivo: poder personal. Poder omnímodo y poder sobre todos. Ventajas y más ventajas personales. Culto al propio ego. Oscuras y apestosas ambiciones personales. Eso es lo que hay debajo de la manta... No piensen que hay más. Tristemente no hay más que podredumbre.
En tiempos de Jesús los fariseos se sentaron en la cátedra de Moisés. Hoy sobran cátedras de mimbre desde las que se busca a toda costa engañar al pueblo, confundirlo con verborreas y falacias. ¡Falsos sofistas! ¡Embaucadores de mercadillo!
"Es legal", es la falaz disculpa que sale de sus bocas, pretendiendo engañar todavía más a gran parte de un pueblo al que han anestesiado espiritualmente...
Será legal todo lo que ustedes dicen, porque ya antes se han ocupado de hacer las leyes a su antojo. Será legal todo lo que ustedes quieran. Pero la sustancia de los problemas de nuestra patria no es la legalidad sino la moralidad. Hay ilegales de inatachable moralidad y hay "legales" de apestosa inmoralidad.
Quien pueda y quiera procure desanestesiar a sus hermanos enseñándoles el distingo. Y en la hora presente no nos olvidemos de las palabras del gran San Agustín: "Un Estado que no se rigiera según la justicia se reduciría a una gran banda de ladrones". Ladrones de justicia. Ladrones de dignidad. Ladrones de...

MATER ECCLESIAE, TU ILLUM ADJUVA

De ninguna manera caeremos en la tentación de contraponer Papa contra Papa. Cada uno de ellos es para los católicos, durante su pontificado, "el dulce Cristo en la tierra". Ello no obsta para que se pueda resaltar en cada uno de los Papas su particular estilo, sus virtudes humanas e incluso los particulares rasgos de su espiritualidad. Insisto, sin pretensión alguna de contraponerlos con la intención de juzgarlos.
Durante un cuarto de siglo hemos vivido la experiencia del "huracán Wojtyla". El Papa peregrino, evangelizador incansable, defensor heroico de la dignidad del ser humano. El Papa mariano, cuyo lema "Totus tuus"fue coreado por millones de católicos en el mundo entero. Decir Juan Pablo II es decir amor entrañable a María, ternura filial hacia la Madre de Dios, confianza y abandono abosluto en la Madre del Cielo.
Después del "huracán"nos han regalado esta "dulce brisa" que se llama Benedicto XVI. Es el Papa de la dulzura, de la delicadeza, de la amabilidad. El Papa teólogo y profesor que utiliza con maestría la Palabra para anunciar a Cristo, intentando iluminar la inteligencia para que esta mueva la voluntad hacia la adhesión plena a Cristo, Camino, Verdad y Vida.
El "huracán"era diáfano y extrovertido. Sus palabras y sus gestos tenían tal carga de fuerza que a través de ellos mostraba toda la riqueza de su interioridad. Verle detenidamente era ya conocerle.
La "brisa"es más introvertida, con menos espontaneidad. Hay que fijarse más detenidamente para asomarse a su interior. Es por ello que seguramente no dice todo lo que piensa. Su autocomunicación es más lenta, más pausada. No se puede afirmar que lo que no manifiesta al exterior no exista en su interior. Sin embargo, todos estamos pendientes de su voz."Mis ovejas escuchan mi voz", dice Jesús. Y en atención a las ovejas el Pastor debe hacer el esfuerzo para que su voz transmita todas las palabras que estas necesitan oír.
En la Misa de inauguración de Pontificado hubo una grave omisión. En la larga homilía no hubo ni una sola mención a Aquella que es Madre de la Iglesia. Y eso no está bien. No, señor, no hay excusa para obviar a la Madre de la casa. Nosotros no somos protestantes. Repito, no hay excusa que valga.
Con todo el cariño hacia el Papa, con toda la emoción de aquellos días intentamos disculpar. Es extraño este silencio, se deberá a la falta de tablas, a lo nervios, etc., pensamos en aquel momento.
¡Ah, pero la cosa continúa!... Y, entonces, ahora sí que ya no puede ser. Llegados a este punto tenemos que hablar. Desde el cariño, desde la devoción filial, pero tenemos que hablar.
La Agencia Zenit reproduce una audiencia del Santo Padre con un grupo de seminaristas. Uno de ellos se dirige al Papa y le hace una pregunta sobre los intereses que el Papa cultivaba cuando era seminarista. Le pregunta también sobre los puntos fundamentales de la formación para el sacerdocio, y en particular qué lugar ocupa en ella María.
¡Sorpresa!. El Papa se despacha a gusto hablando de su admiración por San Agustín. Habla de la importancia de la liturgia, de la Sagrada Escritura, del cultivo de la música... Menciona su admiración por Claudel, Mauriac, Bernanos... ¡Ni una palabra sobre la Santísima Virgen, que era el objeto de la pregunta! ¿Lo ha recortado Zenit? ¡Mal, muy mal! ¿No ha contestado nada el Papa? ¡Peor, todavía mucho peor!
Y suma y sigue. En una pregunta posterior otro pregunta al Papa sobre los fundamentos en los que debe apoyarse la espiritualidad de los sacerdotes en su vida diaria. El Papa menciona la celebración diaria de la Eucaristía y el rezo del Breviario. ¡Ni una palabra acerca de la piedad mariana! ¡Ni una palabra acerca del rezo del Santo Rosario, que jamás han obviado los Papas contemporáneos! ¿Se puede obviar la piedad mariana tan alegremente en la vida de un sacerdote católico? ¡Inaudito!
Aquí no vale el "se supone". No hay que suponer nada en cuestiones de fe. Falta el que niega, pero falta también el que silencia. ¡Estos silencios resultan muy dolorosos! A las ovejas débiles nos aterran los silencios del Pastor. ¡Pastor, habla;habla alto y claro! Y si no hablas silba, al menos sabremos que estás cerca cuando aullan los lobos.
En la Misa de inauguración de Pontificado Benedicto XVI nos pedía a todos que rogásemos para que él no tuviese miedo a los lobos. Con profunda devoción hacia el Vicario de Cristo y hacia la sagrada Cátedra romana oramos: Mater Ecclesiae, Tu illum adjuva -Madre de la Iglesia, ayuda al Papa- Ojalá el Santo Padre esté convencido de que en Ella encontrará su primera y mejor aliada para llevar a cabo la tremenda carga que han puesto sobre sus hombros. Nosotros lo estamos.
Estamos seguros que el Santo Padre no quiere, ni por asomo, una Iglesia huérfana de Madre.
¡Madre de la Iglesia, defiende al Santo Padre de las zarpas de los lobos!