domingo, 20 de enero de 2008

OTRO MÁS PASADO DE MODA QUE LA CARRACUCA

Ya ven ustedes que "corbaterío", que "poderío", más bien ¡QUE PENA!. Es el jesuita Pedro Miguel Lamet, todo un santo Padre.
Este caballero ha salido a la palestra con motivo de la elección del nuevo Prepósito General de la Compañía de Jesús. Por las pintas que se trae todo un modelo del "sentir con la Iglesia". Pues, está muy contento. Está contentísimo porque no le peligra la corbata ni tampoco el hacer y decir lo que le viene en gana. Forma parte de toda esa panda de ilustrados que saben más que San Ignacio, más que Juan Pablo, que Benedicto y más que nadie. Es de los de la panda de profetas que viven bien, comen caliente y dan lecciones al Santo Padre y hasta al Padre Eterno si hiciera falta. Según este señor, que por las pintas parece pertenecer presuntamente a la Compañía de burócratas S.L., el nombramiento del nuevo Prepósito "ha sido todo un acto de libertad por parte de la Compañía,en un momento en que muchos pedían una componenda con el Vaticano". O sea, que este pavo dice que lo que San Ignacio llamaba obediencia hasta la muerte al Vicario de Cristo, ahora no es otra cosa que 'componenda' con el Vaticano. Esto es de una chulería vomitiba, de una cretinez para la que no hay calificativos suficientes. Este tío está en la Iglesia para hacer lo que le da la gana, porque obedecer "al Vaticano" es sólo una componenda. Es una pena que este sujeto no deje de vivir a costa de la Iglesia y se ponga a trabajar en las descargas del puerto de Bilbao. Dice también, que el antiguo Prepósito, el Padre Kolvenbach, "fue Superior en los años de Juan Pablo II, donde intentó sobrevivir más que otra cosa". Más claro que el agua: ¡IMPRESENTABLE! Este "machote" ¿por qué no hizo llegar la misma afirmación directamente al mismo Juan Pablo II? Con esa cáscara amarga ¿qué pinta este tío en la Iglesia?. Pena, que a causa de tanta mediocridad en la Jerarquía, nadie le haya parado los pies debidamente a este y a otros tantos de su calaña.