domingo, 25 de marzo de 2007

BENEDICTO XVI: EL INFIERNO EXISTE Y ES ETERNO

Fragmento de la homilía del Santo Padre en la Parroquia Romana de Santa Felicidad e hijos mártires. 25/III/2007
Traducción: Primus
Queridos amigos, de la palabra de Dios que hemos escuchado emergen indicaciones concretas para nuestra vida.
Jesús no entabla con sus interlocutores una discusión teórica: no le interesa ganar una disputa a propósito de una interpretación de la ley mosaica, sino que su objetivo es salvar un alma y revelar que la salvación se encuetra sólo en el amor de Dios. Para esto ha venido a la tierra, para esto morirá en la cruz y el Padre lo resucitará al tercer día.Jesús ha venido para decir que quiere a todos en el Paraíso y que el infierno, del cual poco se habla en este nuestro tiempo, existe y es eterno para cuantos cierran el corazón a su amor. También en este episodio, pues, comprendemos que nuestro verdadero enemigo es la atadura al pecado, que puede conducirnos al fracaso de nuestra existencia. Jesús despide a la mujer adúltera con esta consigna: "Vete, y en adelante no peques más". Le concede el perdón para que "de ahora en adelante" no peque más. En un episodio análogo, aquel de la pecadora arrepentida que encontramos en el Evangelio de Lucas (7, 36-50) Él acoge y envía en paz a una mujer que está arrepentida. Aquí, en cambio la adúltera recibe el perdón de modo incondicional. En ambos casos -para la pecadora arrepentida y para la adúltera- el mensaje es único.
En un caso se subraya que no hay perdón sin arrepentimiento; aquí se pone en evidencia que sólo el perdón divino y su amor recibido con corazón abierto y sincero nos da la fuerza para resistir al mal y para "no pecar más". La actitud de Jesús propone de este modo un modelo a seguir por toda comunidad, una llamada a hacer del amor y del perdón el corazón pulsador de su vida.