viernes, 2 de marzo de 2007

UN ESTADO QUE NO SE RIGIERA SEGÚN LA JUSTICIA SE REDUCIRÍA A UNA GRAN BANDA DE LADRONES

Existe una justicia humana. Existe también una justicia divina. Que nadie dude que Dios hará justicia a su tiempo y a su modo. Uno puede evadirse de la justicia humana. Pobre iluso todo aquél que piense que podrá burlar la justicia divina. Es Palabra revelada en las cartas del Apóstol San Pablo que de Dios nadie se ríe. Y desgraciadamente hay cretinos que parecen reírse de Dios y de los hombres. ¡Tendrán su hora y su hipócrita y malévola sonrisa se convertirá en llanto!. Posiblemente les espere un llanto muy amargo. Mucho más amargo que el que ellos provocan a quienes hacen sufrir y a quienes pisan y hieren en su dolor, en sus sentimientos y en su dignidad. ¡Dios no dejará sin justicia a quienes apelan a Él! ¡Dios siempre hace justicia a sus pobres!
No siempre la "justicia" humana es justa. La de Dios lo es siempre.
¡Cuánto engaño y cuánta podrida ideología!... Con un sólo objetivo: poder personal. Poder omnímodo y poder sobre todos. Ventajas y más ventajas personales. Culto al propio ego. Oscuras y apestosas ambiciones personales. Eso es lo que hay debajo de la manta... No piensen que hay más. Tristemente no hay más que podredumbre.
En tiempos de Jesús los fariseos se sentaron en la cátedra de Moisés. Hoy sobran cátedras de mimbre desde las que se busca a toda costa engañar al pueblo, confundirlo con verborreas y falacias. ¡Falsos sofistas! ¡Embaucadores de mercadillo!
"Es legal", es la falaz disculpa que sale de sus bocas, pretendiendo engañar todavía más a gran parte de un pueblo al que han anestesiado espiritualmente...
Será legal todo lo que ustedes dicen, porque ya antes se han ocupado de hacer las leyes a su antojo. Será legal todo lo que ustedes quieran. Pero la sustancia de los problemas de nuestra patria no es la legalidad sino la moralidad. Hay ilegales de inatachable moralidad y hay "legales" de apestosa inmoralidad.
Quien pueda y quiera procure desanestesiar a sus hermanos enseñándoles el distingo. Y en la hora presente no nos olvidemos de las palabras del gran San Agustín: "Un Estado que no se rigiera según la justicia se reduciría a una gran banda de ladrones". Ladrones de justicia. Ladrones de dignidad. Ladrones de...