jueves, 3 de mayo de 2007

LA CONSAGRACIÓN DEL PAN Y DEL VINO ( III )

" El P. Antonio Pacios, M.S.C., expone lúcidamente:
"Es evidente que en la Consagración del vino Cristo dijo "por vosotros y por muchos", nunca "por todos". Esto es evidente si admitimos la inspiración -y por tanto inerrancia- de la Sagrada Escritura. Si no hubiera dicho "por vosotros y por muchos", la Escritura nos mentiría..."
Afirma también el P. Pacios:
"Es frecuente oír que la discusión entre "por muchos" y "por todos" es puramente bizantina, ya que en la Escritura "por muchos" significa exactamente lo mismo que" por todos".
He aquí una afirmación gratuita y falsa.
En primer lugar, es evidente que "muchos" no es en sí ni por sí, necesariamente, lo mismo que "todos": ciertamente no son dos palabras sinónimas...
En segundo lugar, no se demuestra en modo alguno que en el Nuevo Testamento la palabra "muchos" signifique ordinariamente "todos", ni siquiera muchas veces "todos". Es más, creemos que está sin demostrar -aunque esa demostración para nada serviría- el que "muchos" sea idéntico ni una sola vez a "todos".
Tal identidad se afirma con osadía, pero no hemos visto la demuestre nadie con claridad.
Tenemos como ejemplo Rom. 5, 12-21: es, creemos, uno de los lugares que se prestaría más a establecer la identidad de significado entre "muchos" y "todos", ya que hay un juego recíproco de pántes y polloi".
Veamos cómo se expresa el Apóstol:
"Por tanto, así como por un solo hombre entró el pecado en este mundo, y, por el pecado, la muerte, así pasó la muerte a todos los hombres, en quien todos pecaron... Pero no ha sucedido en la gracia así como en el delito, porque si por el delito de uno, los muchos murieron, mucho más ha abundado sobre los muchos el favor y el don de Dios por la gracia de un solo Hombre, que es Jescuristo...
Luego, así como el delito de uno solo atrajo la condenación a todos los hombres, así también la justicia de uno solo ha merecido a todos los hombres la justificación de la vida. Pues, así como, por la desobediencia de un solo hombre fueron los muchos constituidos pecadores, así también, por la obediencia de uno solo, serán los muchos constituidos justos". (Rom 5, 12-19).
Continúa el P. Pacios tratando de este pasaje de San Pablo:
"Así, en el v.12 se nos dice: "A todos los hombres pasó la muerte, en quien todos pecaron"; es la universalidad del pecado original. Y en el v. 15: "Por el delito de uno, los muchos -hoi polloi, con artículo determinado- murieron", en que esos muchos, en concreto, son todos los hombres, como consta por el v. 12. Pero ni aun aquí hay identidad. En primer lugar, adviértase que en todo este pasaje (Rom. 5, 12-21), siempre que sale la palabra "muchos", sale con artículo determinado, "los muchos", mientras en las palabras de la Consagración se dice "por muchos", sin artículo. Por lo que de este pasaje nada podría deducirse acerca del significado de "muchos" en las palabras consacratorias. En efecto, "los muchos" equivale a "la multitud", la "muchedumbre": y la "multitud" formalmente insiste en la grandeza del número, precindiendo de sin son todos o no.
Pero aún hay más: ni siquiera aquí "los muchos" significa simplemente "todos" los hombres. Cuando se trata de la universalidad del pecado original (5, 12), o de la universalidad del valor de la redención de Cristo (5, 18), San Pablo usa de la palabra "todos -pantes- los hombres". Cuando se trata de a quiénes se aplica de hecho la redención de Cristo, de quiénes gracias a ella son constituidos justos, usa la palabra "los muchos" (5, 15, 19). Y es evidente que ese "los muchos" o sea multitud no significa todos los hombres, pues ni todos son de hecho justificados, ni todos se salvan" ( Revista Roma)