domingo, 20 de enero de 2008

OTRO MÁS PASADO DE MODA QUE LA CARRACUCA

Ya ven ustedes que "corbaterío", que "poderío", más bien ¡QUE PENA!. Es el jesuita Pedro Miguel Lamet, todo un santo Padre.
Este caballero ha salido a la palestra con motivo de la elección del nuevo Prepósito General de la Compañía de Jesús. Por las pintas que se trae todo un modelo del "sentir con la Iglesia". Pues, está muy contento. Está contentísimo porque no le peligra la corbata ni tampoco el hacer y decir lo que le viene en gana. Forma parte de toda esa panda de ilustrados que saben más que San Ignacio, más que Juan Pablo, que Benedicto y más que nadie. Es de los de la panda de profetas que viven bien, comen caliente y dan lecciones al Santo Padre y hasta al Padre Eterno si hiciera falta. Según este señor, que por las pintas parece pertenecer presuntamente a la Compañía de burócratas S.L., el nombramiento del nuevo Prepósito "ha sido todo un acto de libertad por parte de la Compañía,en un momento en que muchos pedían una componenda con el Vaticano". O sea, que este pavo dice que lo que San Ignacio llamaba obediencia hasta la muerte al Vicario de Cristo, ahora no es otra cosa que 'componenda' con el Vaticano. Esto es de una chulería vomitiba, de una cretinez para la que no hay calificativos suficientes. Este tío está en la Iglesia para hacer lo que le da la gana, porque obedecer "al Vaticano" es sólo una componenda. Es una pena que este sujeto no deje de vivir a costa de la Iglesia y se ponga a trabajar en las descargas del puerto de Bilbao. Dice también, que el antiguo Prepósito, el Padre Kolvenbach, "fue Superior en los años de Juan Pablo II, donde intentó sobrevivir más que otra cosa". Más claro que el agua: ¡IMPRESENTABLE! Este "machote" ¿por qué no hizo llegar la misma afirmación directamente al mismo Juan Pablo II? Con esa cáscara amarga ¿qué pinta este tío en la Iglesia?. Pena, que a causa de tanta mediocridad en la Jerarquía, nadie le haya parado los pies debidamente a este y a otros tantos de su calaña.

lunes, 14 de enero de 2008

IÑAKI GABILONDO: EL NUEVO SANTÓN

¡Lo que nos faltaba! Ahora hasta saben de Liturgia más que el Papa. ¿Habrá cosa que ellos no sepan? Este tío acaba de cerrar las noticias de su cadena, que como la mayoría sabe destaca por su parcialidad, por su sectarismo y por el ejercicio descarado de un periodismo absolutamente tendencioso, con la siguiente guinda: "La Iglesia mirando hacia su verdad y de espaldas a la gente". Se las trae el pavo este. Resulta que ahora está preocupado por las cuestiones litúrgicas de la Iglesia y le causa pupa que el Santo Padre haya celebrado ayer mismo la Santa Misa vuelto hacia el Señor, vuelto hacia oriente. Sus palabras lo dicen todo y manifiestan la ralea de este sujeto que es de los que primero mira a su gente y para no defraudarlos se inventa su verdad y así la cuenta. Cuando a toda esta tropa les preocupa el tema de la orientación del altar católico es motivo más que suficiente para que nos pongamos todos mirando "hacia la pared". Este gran "filósofo"no destaca precisamente por el amor a la verdad, que seguro que para él ni existe. Él tiene "su verdad" y vive de ella y como vive de ella intenta embaucar e imponerla a los demás. Este gran "teólogo" se debe pensar que la Iglesia vive como él de cara a la galería y dando tumbos según lo que piensen o dejen de pensar "las mayorías". Este no sabe que la verdad "es", en su cortedad se piensa que la verdad "se hace", y por eso él se dedica a "hacerla" e "inventarla" a diario. La guinda que ha puesto esta tarde no crean que ha sido una guinda dulce. ¡No!. Era amarga. Era verdadera esencia de su propia amargura. Era un concentrado de sus oscuras frustraciones. Lo dicho, cuando tipos como este ladran, entonces es que cabalgamos y en la dirección correcta. ¡Que siga ladrando!

viernes, 9 de noviembre de 2007

SE HA ABIERTO LA VEDA. SE HA PERDIDO LA VERGÜENZA

Si en la Iglesia hay libertad de expresión, entonces la hay para todos.

Si en la Iglesia se pueden hacer públicas las disensiones con la Jerarquía, entonces podemos publicarlas todos, guste o no guste. Se tiene que acabar que unos sí y otros no. Porque mientras no se demuestre lo contrario todos tenemos derecho a ser tratados como hijos de buena madre, y por lo tanto se acabó que a un sector de la Iglesia se pretenda tratarnos siempre como hijos de madrastra. ¡SE ACABÓ!

Aquí no nos movemos por los gustos de los jerarcas de la Iglesia, sean del grado que sean. No hemos venido a la Iglesia ni hemos consagrado nuestra vida para cumplir gustos particulares ni caprichos de nadie. No hemos venido ni permanecemos para con nuestro silencio contribuir a la extensión de ciertas ideologías clericales que pretenden imponerse apelando a una falsa obediencia.

Los únicos 'gustos' a los que nos atenemos son los de Jesucristo y los de la Iglesia, dejando bien claro que se trata de los 'gustos' de la Iglesia de Roma, Madre y Maestra de todas las Iglesias. Por lo tanto nos asiste todo el derecho del mundo a manifestar nuestro asombro, nuestra decepción y nuestra más firme condena como Católicos si la jerarquía aprobase o consintiese comportamientos como los que tristemente muestran las fotografías que encabezan este post. Nos asiste todo el derecho del mundo a protestar ante quien sea y con la clara conciencia de que si callamos un día se nos pedirán rigurosas cuentas de nuestro silencios. Si alguien dice que esto es la Misa, tal y como la Iglesia la entiende, entonces ese tal ha perdido la vergüenza. Si alguien dice que esto se ajusta a la dignidad y al respeto que la Iglesia exige ante el misterio eucarístico, entonces ese tal ha perdido la vergüenza. Si realmente este tipo de atropellos fuesen abiertamente consentidos por las autoridades pertinentes y esas mismas autoridades tuviesen la cara dura y la osadía de poner trabas a quienes con todas las bendiciones del Santo Padre optan por celebrar el Rito Tradicional de la Misa, estaríamos ante un ejercicio de desfachatez y de autoritarismo verdaderamente insoportables. La autoridad se desprestigiaría a sí misma con tintes de verdadera corrupción. Lo sentimos profundamente, pero estamos tocando lo más sagrado que como hijos de la Iglesia tenemos. La Misa no es tuya ni mía. La Misa no es del cura, ni de la parroquia, ni del obispo. La Misa no es ni de Entrevías ni del Vaticano. La Misa es de la Iglesia y sólo a ella le compete establecer las leyes y normas pertinentes para su recta celebración. ¿Se puede tolerar esto mientras se están poniendo trabas a los fieles que desean arrodillarse para recibir la Sagrada Comunión? ¿Se puede mirar para otro lado mientras a otros sacerdotes se les observa con lupa y microscopio? ¿Por qué a unos se les amenaza fácilmente con penas canónicas y otros se mueven a sus anchas? ¿Por qué hay jerarcas tan fuertes con los débiles y tan débiles con los que se hacen fuertes? ¡Cuántas preguntas suscitan ciertos comportamientos escandalosos!

¿Van a despertar por fin los silenciosos y amedrentados haciendo valer los derechos que tienen como fieles de la Iglesia? ¿Se dignarán los católicos ponerse a defender abiertamente el tesoro de la Santa Misa? ¡Ojalá no hayamos perdido todos la vergüenza!

miércoles, 31 de octubre de 2007

LA OBEDIENCIA EN LOS LABIOS DE LOS DESOBEDIENTES

Resulta curioso que en el período posconciliar, muchos de los que se dedicaban a hacer lo que realmente les daba la gana: negar el dogma católico, disentir abiertamente de las enseñanzas del Papa, menospreciar el Derecho canónico, saltarse a la ligera la disciplina de la Iglesia, etc. Esos mismos eran los que apelaban a la obediencia siempre que se referían a personas o grupos que manifestaban su disconformidad con ciertos cambios graves que se producían en la Iglesia. Justamente, los que literalmente "pasaban de todo" y hacían lo que querían, eran quienes desprestigiaban y tildaban a los otros de desobedientes. ¡Qué ironía y qué desfachatez!. Sin embargo, hay que reconocer que su estrategia les dió buenos resultados, en el sentido de que gran parte de los católicos se lo creyeron. Con tal de no caer bajo la sospecha de ser desobedientes tragaron con carros y carretas y aceptaron con perpeljidad interior, pero sin la mínima resistencia exterior, la "revolución" que se estaba operando y cuyos capataces eran precisamente aquellos que siendo los más desobedientes apelaban a la obediencia para reducir y neutralizar a los otros. En gran medida lo consiguieron. Quienes hicieron saltar por los aires la disciplina de la Iglesia y firmaron la sentencia de muerte de la "obediencia ciega", esos mismos lograron imponer la "obediencia ciega" a quienes en su mente y en su corazón juzgaban escandaloso y sentían rechazo hacia cuánto estaba pasando. Claro está que los desobedientes contaron en gran medida con la ayuda inestimable de abundantes pastores. Sí, pastores que también apelaban y llamaban a la obediencia, pero siempre dirigiendo sus llamadas y sus "amenazas canónicas" no a los auténticos "rebeldes", sino precisamente a aquellos que estaban seguros de doblegar explotando su buena voluntad y su deseo verdadero de permanecer fieles a la Iglesia, evitando a esta brechas y escándalos. Ciertamente, en nombre de la obediencia -una falsa y malentendida obediencia- se impuso una verdadera revolución, se silenció a la mayoría de los sacerdotes, religiosos y fieles, se cometieron innumerables abusos de autoridad. Todo ello, mientras cínicamente se criticaban y condenaban autoritarismos pasados, se hablaba de "la hora de los laicos"- ahora más silenciados y escandalizados que nunca-, se proclamaba la corresponsabilidad en las comunidades religiosas -sometiendo a la mayoría a las disposiciones de "grupos de presión" o de "presuntos peritos y peritas"-. Todos cuantos manifestaban reparos y resistencias eran reducidos exteriormente por las llamadas de la superioridad, en los distintos niveles, a la obediencia. Reducidos y acallados por los eslóganes del momento: "Renovarse o morir", "No seas tridentino", "Hay que estar con los tiempos", "Hay que ser abiertos", "Hay que volver a las fuentes", "Hay que estar con la Iglesia"... Ahora que han empezado a cambiar las tornas, ¿dónde está nuevamente la obediencia de los desobedientes? ¿Van a obedecer a Benedicto XVI? ¿Van a colaborar o van a ofrecer al Papa su silencio y su desprecio? ¿Piensan dedicarse a entorpecer y a poner trabas?... Los Obispos que en el pasado más reciente tanto han apelado a la obediencia a los católicos -sacerdotes, religiosos y laicos-,¿van a seguir apelando ahora con el mismo ímpetu y siendo ellos ejemplo del rebaño?... La nueva estrategia parece ser: "Hay que obedecer al Concilio". ¿Sabrán responderles con cotundencia los hasta ahora silenciados : "Hay que obedecer al Papa"?.

sábado, 13 de octubre de 2007

SOBRE OBISPOS, CURAS Y LA MISA TRADICIONAL

A partir del Motu Proprio Summorum Pontificum se entiende que hay un único Rito Romano con dos formas: la forma ordinaria (Misal de Pablo VI) y la forma extraordinaria (Misal de 1962). Siguiendo esta lógica algunos obispos ya han manifestado públicamente su decisión de exigir a los futuros curas que salgan del seminario el saber celebrar las dos formas del único Rito Romano. Cualquiera que tenga un mínimo de sentido común juzgará dicha decisión como la actitud más propia y correcta que cabría esperar de los obispos. Eso sí que es buscar el bien espiritual de todos los fieles. Eso es lo propio de un obispo que verdaderamente quiere ser padre y pastor de todos aquellos que le han sido encomendados. Esa es la actitud propia de un obispo católico que ha de gobernar la porción que le ha sido encomendada en perfecta comunión con el Papa, Pastor Supremo y universal de la Iglesia. Todo lo que se salga de ahí es más bien deslealtad, debilitamiento de la comunión eclesial y un juego macabro a convertir las diócesis en pequeños reinos de taifas en los que cada uno de esos obispos pretende ser un sumo pontífice en miniatura. Vamos, que la cosa tiene más que ver con el espíritu autocéfalo de los ortodoxos o liberal de de los protestantes, que con el genuino espíritu católico. La publicación del Motu Proprio ha servido también para que todos los de la "cáscara amarga" se hayan echado a las armas comenzando a disparar: "que se exija a cuantos desean celebrar el rito extraordinario pruebas públicas de que no ponen en duda la legitimidad del rito de Pablo VI". Estos que llevan cuarenta años haciendo lo que realmente les da la gana se nos presentan ahora como guardianes de la ortodoxia.Pues bien, siguiendo su lógica ¿no habría que exigir a todos estos, obispos y curas, que den pruebas públicas de que admiten la legitimidad y la ortodoxia del Misal que durante siglos y siglos ha usado la Iglesia? Estos obispos y estos curas inflamados de celo apostólico y doctrinal a la hora de defender el Misal de Pablo VI, ¿manifiestan el mismo celo y la misma pureza doctrinal defendiendo y amando la lex orandi multisecular de la Iglesia? Pues den prueba de su catolicidad celebrando también el rito extraordinario. Si el Papa les obligara a ello veríamos que pasaría... Por lo tanto, igual que hacen ellos, mientras se nieguen a celebrar también conforme al Misal de 1962, es legítimo que los demás dudemos o pongamos en entredicho su adhesión a la fe de siempre, a la Iglesia de siempre, a la doctrina de siempre y a lo que siempre la Iglesia ha entendido y enseñado qué es la Santa Misa. ¿No será que para muchos o para todos estos su "Iglesia" nació en 1962 y su lex orandi en 1969?. Manifiesten lo contrario y si quieren ser creíbles cojan el Misal de 1962 y empiecen... Sí, ustedes también señores obispos, ustedes también.

lunes, 17 de septiembre de 2007

SE ESCUCHAN LOS AULLIDOS. BENEDICTO CONTABA CON ELLO DESDE EL PRIMER DÍA DE SU PONTIFICADO

Como era de esperar comienzan a hacerse públicas las distintas reacciones ante la entrada en vigor del Motu proprio de Benedicto XVI sobre el uso del Misal de 1962. Lógicamente las que más nos interesan son las reacciones episcopales. Hay de todo: abierta oposición, acogida favorable y también descarada hipocresía, consistente en hacer profesión pública de obediencia al Papa, pero intentando por todos los medios poner todas las trabas para defenestrar e imposibilitar la aplicación del Motu proprio. Ha habido "lobos" que se han envalentonado anunciando que en su territorio mandan ellos. Ha habido "lobos disfrazados con piel de oveja"que se han puesto manos a la obra para hacer lectura del Motu proprio haciéndole decir lo que no dice con el fin de reventarlo. Exactamente igual que hicieron con la letra del Concilio distorsionándola y dinamitándola con la treta del "espíritu del concilio". Ha habido otros que más bien son "perros mudos", que ni aullan, ni ladran, ni se sabe que piensan, si es que piensan algo que valga la pena. Estos se dedican a olfatearse a sí mismos. Ha habido también buenos Obispos, Pastores según el Corazón de Cristo, que se han puesto manos a la obra, aprovechando la ocasión para recuperar los tesoros de la Tradición, sin por ello rechazar cuanto de bueno se ha hecho en los últimos años. Es ya de por sí una vergüenza la desobediencia en la Iglesia, espíritu opuesto y del todo contrario al de Cristo "que por nosotros se hizo obediente hasta la muerte y una muerte de cruz". Pero la desobediencia, la sordina a los deseos del Papa, y la resistencia subterránea por parte de algunos obispos son actitudes tan pérfidas que claman al cielo. ¿Se han olvidado que también ellos tienen que obedecer? ¡Son los primeros que deben obedecer! ¡Lo han prometido, pues que lo cumplan! ¡Obedezcan Señores Obispos, obedezcan al Vicario de Cristo! ¡Obedezcan a aquél que ha sido puesto como roca y fundamento visible de la unidad de la Iglesia! ¡Abandonen de una vez la herejía del conciliarismo! ¡De ninguna manera pueden ustedes presentarse en sus diócesis como una autoridad alternativa a la del Romano Pontífice! El Papa no es uno entre iguales en el cuerpo episcopal. Él es Pedro, la Cabeza visible, el único que tiene la suprema potestad sobre todas las Iglesias, el Pastor de los fieles y de los pastores. Es de Pedro de quien emana la legitimidad del triple munus episcopal para, una vez recibido, colaborar con Pedro y bajo Pedro a la edificación de la Iglesia. "Definimos que la Santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice tienen el Primado sobre todo el orbe y que el mismo Romano Pontífice es el sucesor del bienaventurado Pedro, príncipe de los Apóstoles, verdadero Vicario de Cristo y cabeza de toda la Iglesia y padre y maestro de todos los cristianos; y que al mismo tiempo, en la persona del bienaventurado Pedro, le fue entregada por nuestro Señor Jesucristo plena potestad de apacentar, regir y gobernar a la Iglesia universal, como se contiene hasta en las actas de los Concilios ecuménicos y en los sagrados cánones" (Concilio de Florencia, 694) El Papa tiene jurisdicción sobre todos los obispos, por lo cual es superior ordinario e inmediato de todas las diócesis y de todas las iglesias del mundo. (Vaticano I)

sábado, 8 de septiembre de 2007

QUE SE APARTE BENEDICTO XVI

Que se aparte Benedicto XVI y ceda el paso a la sabiduría de estos curas de la diócesis de Santiago de Compostela que en la Hoja parroquial de su arciprestazgo han publicado el siguiente artículo. Un derroche de ciencia, un torrente de teología litúrgica y pastoral que sin duda cambiará desde ya el rumbo de las ciencias sagradas. Una bocanada de ortodoxia doctrinal y pastoral... ¿Pero cómo se le ocurre a Benedicto no haberles consultado? ¿Pero cómo se puede dejar en el olvido a semejantes celebridades? ¿Qué pesan los débiles argumentos de Benedicto ante estos pesos pesados de la investigación, del saber y del bien hacer? Admírense señores porque ponemos ante ustedes una pieza literaria que ni Cervantes... Qué estilo literario, qué dominio del lenguaje, qué presición y claridad de conceptos. Qué borrachera de saber... Admírense porque ante estos reverendos Benedicto XVI conoce tanto el Concilio como Adán y Eva el inglés. Atento el Nuncio que aquí hay cantera de mitras. No nos deje en las tinieblas del error en las que nos tiene sumidos el Papa Benedicto. Saque a la luz estas lumbreras compostelanas. A continuación la pieza del nuevo siglo de oro de las letras y de la ciencia teológica:
"El otro día un compañero sacerdote me enviaba un artículo que se titula “Para que volve a Misa en Latín” de Victorino Pérez Prieto y decía que nunca se eliminó de la Misa la lengua latina, pero que hay que entender que la misma es por y para la comunidad. La vuelta al rito tridentino es retroceder muchos años y por el otro lado es romper puentes en lo ecuménico. Seguía diciendo el mismo autor que este concepto de Eucaristía los fieles eran meros oyentes, el sacerdote se separaba del pueblo y de espaldas a los fieles y se usa una lengua sacra que no usa la gente.Esto es una vuelta atrás en la decisión tomada por Juan Pablo II en el año 1982 y nos vuelve a los seguidores de Lefebvre excomulgados en 1988. No es de extrañar que en amplios sectores de la Iglesia existe el temor de que tanto esfuerzo hecho desde el año de Concilio queden en nada. Primero tengo que decir que Jesús era un hombre de pueblo y de la gente. Si se expresaba en párabolas era para que la gente lo entendiera, cuando nos enseñó la oración de Padre Nuestro era y es para enseñarnos la cercanía con Dios. Cuando el templo se rasgó en dos y el lugar más sagrado quedó al descubierto significa que el tiempo del A.T. y su concepción estaban obsoletas y en difinitiva Cristo Jesús que es Dios asume nuestra propia naturaleza. Lo segundo que el concepto de Eucaristía y las primeras experiencias de celebración son un convocar para celebrar todos, no solo el que preside por devoción, sino vivir y celebrar la fe en una comunidad enraizada, hoy diríamos en nuestra parroquia, porque hay que sentirnos de pertenencia a ella, por eso me da pena ver que algunos sacerdotes celebran por devoción ellos solos y porque le gusta hacerlo en latín. Yo me pregunto donde están para ayudarnos a los que tenemos varias parroquias y en aquellas de nuestra Diócesis que no tienen misa porque no tienen sacerdote, es necesario pedir también generosidad en un ministerio que es para servicio de la Iglesia y no un titulo que usamos para nuestro capricho. Lo tercero es como comienza el decreto del Concilio Vaticano II sobre la Sagrada Liturgia. “Esta tiene la función de guiar al pueblo de Dios en su peregrinar por la tierra”. Pero para esto hay que entenderse. Porque la liturgia es ante todo comunicación y hoy sería necesario hacer un esfuerzo, incluso en las homilías para explicar los distintos signos que se usan en la Celebración de la Misa. Por todo esto yo creo que la misa como celebración por parte del ministerio del sacerdote y de los seglares se da en una comunidad concreta donde en ella se dan todos los signos de la Iglesia Universal: Una, Santa, Católica y Apostólica. Hacer piruetas en el pasado y volver a los fondos sentimentales de nuestras Parroquias es desconectar con el hombre y la mujer de hoy. La Iglesia es guiada por el Espíritu Santo y por eso siempre se actualiza. Dios quiera que los cristianos y los grupos más conservadores de la Iglesia no abran los bellos recuerdos de nuestros museos. La fe es viva y no se puede encerrar. Vivamos en una Iglesia de hoy, con los instrumentos de hoy, con nuestra lengua de hoy y sirvamos a los hombres y mujeres de hoy. Los de ayer ya no están".

viernes, 10 de agosto de 2007

DECLARACIÓN DEL CONSISTORIO PROTESTANTE DE AUGSBURGO RESPECTO DE LA MISA DE PABLO VI

"Estimamos que en las presentes circunstancias, la fidelidad al Evangelio y a nuestra tradición no nos autoriza a oponernos a la participación de los fieles de nuestra Iglesia en una celebración eucarística católica. ( Lo que quiere decir que en las presentes circunstancias, la nueva Misa ya no se opone a la tradición protestante. N.T.) "Es necesario, sin embargo, obrar con discernimiento y sabiduría. No debería aceptarse la invitación de otra Iglesia más que cuando pueda reconocerse, personalmente, en su celebración eucarística, la celebración de la Cena tal como el Señor la instituyó. ( Es decir, tal como Lutero lo entendió. N.T.) Dadas las formas actuales de la celebración eucarística en la Iglesia Católica y en razón de las presentes convergencias teológicas, (Ya que las dos teologías convergen y la de los protestantes no ha variado; resulta claro que la teología de la nueva misa, para ellos, se ha puesto del lado de la teología protestante que niega los Dogmas eucarísticos. N.T.) muchos de los obstáculos que habrían podido impedir a un protestante la participación en su celebración eucarística, parecen estar en vías de desaparición. Hoy en día debería ser posible para un protestante reconocer en la celebración eucarística católica la Cena instituida por el Señor. (Es decir, la Cena protestante). En particular nos corresponde velar, por los siguientes puntos: El carácter evangélico de la celebración en la que el protestante pueda participar debe ser manifiesto (Es el caso de la nueva misa, para ellos, puesto que la aceptan. N.T.). Nosotros defendemos firmemente la comunión bajo las dos especies, no sólo por fidelidad al Evangelio y a la Reforma, sino porque para nosotros esta práctica se opone a una cierta apariencia de clericalismo ( En otras palabras, en la comunión bajo las dos especies ven sobre todo una oposición declarada al Concilio de Trento. N.T.). Nos atenemos al uso de las nuevas plegarias eucarísticas bajo las cuales nos reconocemos y que tienen la ventaja de matizar la teología del sacrificio que teníamos por costumbre atribuir al catolicismo ( Matizar la teología del sacrificio, es decir, no confesar el carácter propiciatorio de la Misa. N.T.). Estas oraciones nos invitan a reconocer una teología evangélica del sacrificio (Es decir, una teología protestante que niega el carácter propiciatorio del sacrificio. N.T.)" (Revista Roma)
La pregunta que surge ante la Declaración es lógica: ¿se han vuelto católicos los protestantes o se han vuelto protestantes los católicos? Lo primero, parece ser que no, sin embargo, sólo un necio o un cretino se atrevería a negar la protestantización que han sufrido millones de católicos después del Vaticano II y del Novus Ordo. ¿De quién es la culpa y a qué se debe? Cada uno que saque sus propias conclusiones. Lo cierto es que una serie de doctrinas extrañas al catolicismo se han hecho dominantes en la misma Iglesia. Lo cierto es que la idea de Cena ha sustituido casi por completo a la noción de Sacrificio, en lo que se refiere a la Santa Misa. Lo cierto es que se ha desplazado a Dios y se ha puesto al hombre en el centro del mismo culto. Lo cierto es que el sentido de lo sagrado brilla por su ausencia en multitud de celebraciones católicas. Lo cierto es que un vocabulario novedoso ha sustituido la terminología tradicional católica, cuyo máximo exponente es el sacerdote transformado en presidente de una asamblea, o en un animador litúrgico. Y lo cierto es que todavía hay muchos que se empecinan en defender lo indefendible. ¿Es qué en verdad no te dice nada que los mismos protestantes se nieguen a participar en la Misa de siempre, en la Misa de los Santos, y no tengan el más mínimo reparo en participar en el Novus Ordo? Cuánto veneno y cuánto analgésico se ha inoculado en los corazones y en las mentes de los católicos en los últimos cuarenta años... Justificar a ambos lados

viernes, 22 de junio de 2007

EL DOGMA DEL INFIERNO ETERNO

" La misa de San Pío V no se avergüenza de confesar este dogma, lo recuerda en la oración "Hanc igitur", que precede a la Consagración, "...líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos".
Para dar gusto a los progresistas, neomodernistas, que niegan este dogma, la nueva misa lo ha suprimido limpia y llanamente de su plegaria.
No lo olvidemos. Los dogmas son verdades reveladas por Dios. Dudar de un dogma, avergonzarse de proclamarlo, es dudar y avergonzarse de la palabra de Dios, o lo que es igual, tomarle por mentiroso.
"Porque quien se avergonzara de Mí Y DE MIS PALABRAS, de él se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y en la del Padre..." (Lc 9, 26).
¿Cómo no comprender de ahora en adelante que una misa cuyo rito equívoco se presta a afirmar y negar todos los dogmas eucarísticos y que deliberadamente se pone de parte de los heréticos callando los dogmas, es decir, las palabras de Dios en las que ya no quieren creer; cómo no comprender que semejante misa es injuriosa para Dios?
"Bilinguis maledictus. EL LENGUAJE DE DOBLE SENTIDO SERÁ MALDITO" (Eclo 27, 15).
"FORTS DANS LA FOI"
Hace unas semanas, una cadena de televisión española ofrecía una entrevista al Padre Amorth, exorcista oficial de la diócesis de Roma. Entre otras muchas cosas interesantísimas contaba el Padre la siguiente anécdota: en una ocasión se "quejó" a Su Santidad el Papa Juan Pablo II de que muchísimos obispos y sacerdotes no creían ya en la existencia del demonio y por lo tanto tampoco en la existencia del infierno. La respuesta de Juan Pablo II fue lacónica y terminante: "Si no creen en la existencia del demonio, entonces es que no creen tampoco en el Evangelio".

martes, 12 de junio de 2007

MONSEÑOR MARTINI NO ATA NI DESATA

En la conferencia impartida por el Cardenal Carlo María Martini, con motivo del Capítulo General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas celebrado el pasado mes de mayo en Roma, el Prelado expone lo siguiente refiriéndose a las perspectivas eclesiales hoy:
"Considerando el caminar de la Iglesia, me cuesta trabajo que la Iglesia no haya descubierto, con plenitud, su poder de atar y desatar. Esto afecta tanto el camino de la penitencia como el sacramento de la penitencia que la Iglesia ha de proponer siempre a sus fieles, u otros sacramentos como el del matrimonio. Soy muy consciente de los matices que se debieran tener en cuenta y de todas las consideraciones que habría que hacer. No las podemos tratar aquí, esto sería más bien responsabilidad de los obispos o de un futuro Concilio".
1. ¡Esto es inaudito! Resulta que la Iglesia no ha descubierto, con plenitud, su poder de atar y desatar. Osea que la Iglesia lleva dos mil años con un poder que Cristo ha puesto en sus manos y no sabe cómo utilizarlo, no sabe manejarlo, no sabe qué hacer con él. ¡Pero, lo sabe Martini! ¡La Iglesia no!
A Martini le cuesta trabajo que la Iglesia no haya descubierto, con plenitud, su poder de atar y desatar. ¡Pues a mí como católico e hijo de la Iglesia me cuesta trabajo creer que Martini lo haya descubierto y la Iglesia no!
¿Pero, qué hace el Espíritu Santo que se dedica a guiar a Martini hasta la verdad plena y deja a la Iglesia desorientada, sin saber qué hacer con el poder de atar y desatar?
Señores, esto sí que se llama "fe", "humildad" y "amor a la Iglesia". Y esta Eminencia es la que en la misma conferencia decía que "nunca ha habido en la historia de la Iglesia un período tan hermoso como el presente en el que la Iglesia, geográfica y culturalmente, se ubica de modo substancial en la unidad de la fe (exceptuando el tradicionalismo de Lefebvre)...
Claro que es un período hermoso, y tan hermosísimo para algunos... porque aquí puede uno decir tamañas barbaridades y no pasa nada, o sí pasa, pues todavía aumentará el número de invitaciones a disertar en más Capítulos generales.
Eso es justamente lo que un Cardenal tiene que decir a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, a las Ursulinas y a toda la Congregación para la Educación Católica: miren ustedes, déjense de mandangas y enséñenle a los niños de sus colegios que la Iglesia no ha descubierto, con plenitud, su poder de atar y desatar.
Vamos, como para irse a matricular a la escuela de enfrente y apuntarse a la educación para la ciudadanía.
Ha dado en el clavo. Eso es justamente lo más urgente que un Cardenal tiene que decir a unos Religiosos.
2. Lo que nos deja su Eminecia sin saber es qué quiere atar que la Iglesia no ata, y qué quiere desatar que la Iglesia no desata. Es como el que tira la piedra y esconde la mano. Vamos, que esta es la táctica de todo este estilo de personajes que tanto vienen abundando en la Iglesia contemporánea. En realidad son ellos los que ni se atan ni se desatan; dicen, pero no dicen...
No nos lo dice a las claras, pero no somos tan pánfilos como para no intuírlo.
¿Quiere desatar de una vez por todas el paso a las absoluciones generales? No lo dice, no lo sabemos. ¿Lo dice sin decirlo?... ¿Ven ustedes? Es siempre la misma táctica. Esto mismo viene pasando y causando estragos en Seminarios, Noviciados, Facultades de Teología, Escuelas para seglares. Lo dicen, pero no lo dicen. Lo dicen sin decirlo, y si alguien dice que lo han dicho lo ponen por mentiroso, por tradicionalista, por estrecho, por corto, porque ellos , realmente, lo han dicho, pero sin decirlo. De esta forma "siempre ganan", siempre están a seguro; minan la Iglesia , pero viven de ella. ¡E incluso la representan!
Si es eso lo que su Eminencia quisiera desatar le pediríamos que volviese a leer, ahora que quizás tenga más tiempo, algo tan sencillo como la "Reconciliatio et Paenitentia". Quizás le ayude a atar bien las ideas y a desatar elucubraciones mentales poco convenientes.
3. ¿Querría que la Iglesia desatase la indisolubilidad matrimonial?
Pues, tampoco nos lo dice. O quizás también lo diga sin decirlo. Más de lo mismo.
¿Querría desatar el paso para el acceso a la Sagrada Comunión de los divorciados vueltos a casar?
Según el Cardenal "esto sería más bien responsabilidad de los obispos o de un futuro Concilio". ¿Por qué? ¿Sería esta la manera de "presionar" y "obligar" al Papa mediante un nuevo Concilio pastoral y no dogmático? ¿Podría esconderse debajo de estas palabras la desviación del conciliarismo o una definición de la Colegialidad episcopal para nada compatible con la fe Católica respecto al Primado del Vicario de Cristo? ¿Se trata de un aviso para navegantes que incita a los modernistas a proseguir en la lucha con la esperanza de llegar a "doblegar" al Papa?
Posiblemente que quisiera todas estas cosas, posiblemente, aunque no lo sabemos. Y posiblemente, también por esto y por cosas parecidas, el Señor no haya querido que llegara a la Sede de Pedro. Pudiera ser...aunque tampoco lo sabemos.