A nadie se le oculta la tremenda expectación existente en la Iglesia en los últimos meses respecto de dicho documento y del posible Motu Proprio que devolvería al Rito Romano de la Santa Misa, anterior al Novus Ordo, los derechos legítimos que camarada Buan- nombre masón de Annibale Bugnini- y comparsa intentaron conculcar por todos los medios - ilegítimos a todas luces teniendo en cuenta la Bula "Quo primum tempore"del Papa San Pío V. Según dicha Bula: "En nombre de Nuestra Autoridad Apostólica Nos concedemos y acordamos que este mismo Misal podrá ser seguido en totalidad en la misa cantada o leída en todas las iglesias, sin ningún escrúpulo de conciencia y sin incurrir en ningún castigo, condenación o censura y que podrá válidamente usarse, libre y lícitamente y esto a perpetuidad".
Benedicto XVI está convencido de que la "devolución" del Rito Romano a toda la Iglesia es una cuestión de justicia. Y lo hará. Seguro que lo hará, pese a los aullidos de los lobos que están rabiosos y pese a las tretas de los neogalicanos.
La cuestión que nos ocupa, sin embargo, ahora es la de la Exhortación Post-Sinodal.¿Logrará dar la puntilla al revoltijo litúrgico postconciliar? ¿Después de casi cuarenta años habrá llegado ya la bendita hora en que la Santa Sede diga con seriedad y energía a todos los Obispos del mundo que el recreo por fin se ha terminado?. Ojalá que sea así, para exhaltación de la fe católica y para bien de las almas. En la Iglesia de papel postconciliar, en la que se amontonan papeles y más papeles a los que nadie hace caso, provocando así un deterioro espantoso de la autoridad, ¿logrará dicha Exhortación frenar los abusos, crear un clima de mayor respeto hacia la Sagrada Liturgia y abrir un camino de recuperación del sentido de lo sagrado? ¡Quiéralo Dios! Aunque para ello hará falta algo más que un documento: todo el empeño y la energía de Roma. Y ,aún antes que nada, que suene fuerte la campana para los Señores Obispos: "El Recreo se acabó. Roma locuta".