miércoles, 21 de marzo de 2007

ÚLTIMA ENTREVISTA AL CARDENAL CASTRILLÓN HOYOS

Entrevista al Cardenal Protodiácono Castrillón Hoyos sobre el diálogo en la Iglesia. "Il Meridiano", 18 de marzo de 2007. Por Simone Ortolani.

Roma. El 23 de febrero el papa Benedicto XVI lo ha nombrado "protodiácono del Sacro Colegio de cardenales". A esta antigua figura compete, entre otras competencias, el anuncio del "Habemus Papam" al pueblo romano, después de la elección del pontífice. El cardenal Darío Castrillón Hoyos, colombiano, fue presidente de la Conferencia Episcopal Latino Americana (Celam) y prefecto de la Congregación para el Clero de 1996 a 2006. El Papa Juan Pablo II en el 2000 le confió el encargo de presidente de la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei" y el mandato de dialogar con el movimiento de monseñor Lefebvre, con el fin de sanar la fractura que había contrapuesto el prelado francés a los papas posconciliares Pablo VI y Juan Pablo II. Fractura que podría subsanarse durante el pontificado de Ratzinger, sensible y atento en la confrontación de la problemática litúrgica y teológica sostenida por los lefebrianos. Entre los problemas abiertos está la "libertad" para la Misa en latín de San Pío V. Su celebración, aunque permitida por el "indulto" de Juan Pablo II, es obstaculizada o prohibida por muchos obispos. En estos últimos meses suenan voces sobre un "Motu proprio" que debería superar las dificultades. En línea con el pensamiento del que fuera prefecto del ex Santo Oficio Joseph Ratzinger, que celebró muchas veces la Misa de San Pío V en público y que había estigmatizado el comportamiento "intolerante" de tantos prelados.

Eminencia, desde algunos meses circulan noticias sobre la publicación de un Motu Proprio que liberalizará la celebración de la Misa en latín de San Pío V...

"Es de todos conocido la actitud personal del Santo Padre en la confrontación de la liturgia, su conocimiento profundo de la misma, su veneración por la tradición y, al mismo tiempo, su clara posición de llevar a la práctica todo aquello que el Espíritu Santo ha regalado a la Iglesia en el Concilio Vaticano II. Estos son los parámetros en los cuales venimos examinando las dificultades históricas al respecto".

Los cardenales Alfonso María Stickler y Jorge Arturo Medina Estevez, ex prefecto de la Congragación para el culto divino, han declarado que la Misa de San Pío V nunca ha sido abolida. ¿Qué piensa?

"Los cardenales Stickler y Medina tienen razón, y sus opiniones están acompañadas por el parecer de especialistas en liturgia, de otros cardenales y obispos. Nosotros mismos hemos estudiado el problema, y sostenemos que la Misa antigua nunca ha estado prohibida. Por otro lado, es muy importante, para tener las ideas claras, acoger la luz que viene del Sucesor de Pedro. Según el pensamiento del Santo Padre, expresado claramente, hay dos formas del rito romano: la forma ordinaria, que es la Misa de Pablo VI, y la forma extraordinaria, que es la Misa de San Pío V".

Muchos jóvenes participan voluntariamente en la Misa en latín, en los institutos y en las diócesis donde está permitida. ¿Por qué?

"El Novus Ordo Missae era una novedad en los años setenta, la Misa de San Pío V se ha tornado una novedad en los años dos mil. A los jóvenes les gustan las cosas nuevas: pero este no sería un análisis profundo. He podido comprobar personalmente que los jóvenes se sienten tocados del sentido de lo sagrado y del misterio que a su manera de ver es más perceptible en la Misa antigua. A los de fuera de este ámbito, no es necesario recordar, en líneas generales, la existencia de no pocos abusos en las celebraciones litúrgicas. Estos son contrarios a la santidad que debe ser propia al gran misterio eucarístico que es la forma incruenta del Sacrificio del Calvario. Estos elementos atraen la atención de los sacerdotes y de los laicos, pero no quisiéramos poner en contraposición la augusta santidad del misterio eucarístico celebrado en las dos formas rituales de las que hablamos.

La figura histórica del arzobispo Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad sacerdotal San Pío X, excomulgado por el papa Juan Pablo II por haber ordenado 4 obispos sin el mandato pontificio en 1988, ¿será "rehabilitada" por la Iglesia?

"Recorriendo la historia completa de la vida de monseñor Lefebvre tenemos la certeza de la gran estima y del aprecio de la Iglesia. Fue considerado digno de ser arzobispo, delegado apostólico, superior general de su Congregación religiosa; hablando con personas que lo han conocido durante el ejercicio de su ministerio, se descubre la fecundidad de su vida. Pero ocn la misma claridad, según la tradición más genuina de la Iglesia, no se puede admitir que un obispo consagre otro obispo sin el mandato pontificio, o que se conteste la presencia del Espíritu Santo en los Concilios, y en particular, por su importancia, en los Concilios ecuménicos. Monseñor Lefebvre ha firmado los documentos del Concilio Vaticano II, aunque ha sido crítico en sus confrontaciones, sea por cuanto se refiere a los textos, sea por cuanto se refiere a su interpretación".

La Hermandad San Pío X, el movimiento de monseñor Lefebvre, ¿es un cisma?

"La Hermandad San Pío X no es por sí un cisma consolidado, pero en su historia ha presentado acciones cismáticas, con las ordenaciones de obispos no elegidos legitimamente y no perfectamente unidos al Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo. Hay siempre el peligro de cisma, sea por el ejercicio parcial de la autoridad nacida de la jurisdicción, sea en las actitudes demasiado críticas de exponentes de la Hermandad hacia personalidades de la Iglesia, en las cuales se ve una herida a la caridad. Son temerosas las palabras de San Jerónimo, según el cual el cisma conduce a la herejía, y la herejía al cisma. Sé que en la Hermandad hay personas llenas de buena voluntad. El superior general, su excelencia monseñor Bernard Fellay, en los últimos años ha perseverado en el diálogo. Espero que los brazos abiertos del papa Benedicto XVI sean apretados como un Kairos, un momento oportuno, y pacificando la conciencia de los fieles y de los laicos, se llegue a la plena unidad efectiva y afectiva de la Hermandad con la Iglesia y el Vicario de Cristo".